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Salmos 119:120 - Biblia Nueva Traducción Viviente

120 Me estremezco por mi temor a ti; quedo en temor reverente ante tus ordenanzas.

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Biblia Reina Valera 1960

120 Mi carne se ha estremecido por temor de ti, Y de tus juicios tengo miedo. Ayin

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Biblia Católica (Latinoamericana)

120 Ante ti mi carne tiembla de miedo, tus juicios me llenan de temor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

120 Mi carne se estremece de temor a ti, Y ante tus juicios me lleno de pavor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

120 Ante ti de pavor mi carne se estremece y temo tus juicios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

120 Mi carne se ha estremecido por temor de ti; y de tus juicios tengo miedo.

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Salmos 119:120
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»Al oír esto, me estremecí por dentro; mis labios temblaron de miedo. Se me doblaron las piernas, caí y temblé de terror. Esperaré en silencio el día venidero cuando la catástrofe golpee al pueblo invasor.


Incluso Moisés se asustó tanto de lo que vio que dijo: «Estoy temblando de miedo».


Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes; y ahora que estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor.


Con mis manos hice tanto el cielo como la tierra; son míos, con todo lo que hay en ellos. ¡Yo, el Señor, he hablado! »Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido, a los que tiemblan ante mi palabra.


«Vayan al templo y consulten al Señor por mí y por todo el remanente de Israel y de Judá. Pregunten acerca de las palabras escritas en el rollo que se encontró. Pues el gran enojo del Señor ha sido derramado sobre nosotros, porque nuestros antepasados no obedecieron la palabra del Señor. No hemos estado haciendo todo lo que este rollo dice que debemos hacer».


Me pongo furioso con los perversos, porque rechazan tus enseñanzas.


‘Estabas apenado y te humillaste ante Dios al oír las palabras que él pronunció contra la ciudad y sus habitantes. Te humillaste, rasgaste tu ropa en señal de desesperación y lloraste delante de mí, arrepentido. Ciertamente te escuché, dice el Señor.


«¿Quién puede estar en la presencia del Señor, este Dios santo? —clamaron—. ¿Adónde podremos enviar el arca desde aquí?».


De los descendientes de Musi, los jefes fueron Mahli, Eder y Jerimot. Esos fueron los descendientes de Leví según sus diversas familias.


Cuando el rey oyó lo que estaba escrito en el libro de la ley, rasgó su ropa en señal de desesperación.


Con razón estoy tan aterrado ante su presencia; cuando lo pienso, el terror se apodera de mí.


Eso sería mejor que enfrentarme al juicio de Dios. Si la majestad de Dios está en mi contra, ¿qué esperanza queda?


Tu ira feroz me ha abrumado; tus terrores me paralizaron.


Escuchen este mensaje del Señor, ustedes que tiemblan ante sus palabras: «Su propio pueblo los odia y los expulsa por ser leales a mi nombre. “¡Que el Señor sea honrado! —se burlan—. ¡Alégrense en él!”. Pero ellos serán avergonzados.


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