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Salmos 11:4 - Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pero el Señor está en su santo templo; el Señor aún gobierna desde el cielo. Observa de cerca a cada uno y examina a cada persona sobre la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo. Sus ojos están observando y fija su mirada en los hijos de Adán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 YHVH está en su santo templo, YHVH tiene en los cielos su trono. Sus ojos observan, Sus párpados examinan a los hijos del hombre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Yahveh en su santuario, el Señor desde su trono celestial, observa con sus ojos, con su vista examina los hijos de los hombres.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Jehová está en su santo templo: El trono de Jehová está en el cielo: Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.

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Salmos 11:4
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El Señor ha hecho de los cielos su trono; desde allí gobierna todo.


Pero en mi angustia, clamé al Señor; sí, oré a mi Dios para pedirle ayuda. Él me oyó desde su santuario; mi clamor llegó a sus oídos.


Pero el que gobierna en el cielo se ríe; el Señor se burla de ellos.


Pero el Señor está en su santo templo. Que toda la tierra guarde silencio delante de él».


Esto dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Podrían acaso construirme un templo tan bueno como ese? ¿Podrían construirme un lugar de descanso así?


¿Puede alguien esconderse de mí en algún lugar secreto? ¿Acaso no estoy en todas partes en los cielos y en la tierra?», dice el Señor.


El Señor mira desde el cielo y ve a toda la raza humana.


Y al instante, yo estaba en el Espíritu y vi un trono en el cielo y a alguien sentado en él.


No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas.


Se exaltará a sí mismo y se opondrá a todo lo que la gente llame «dios» y a cada objeto de culto. Incluso se sentará en el templo de Dios y afirmará que él mismo es Dios.


Cuando juran “por el templo”, no solo juran por el templo sino por Dios, quien vive allí.


Pero yo digo: ¡no hagas juramentos! No digas: “¡Por el cielo!”, porque el cielo es el trono de Dios.


Pues con su gran poder gobierna para siempre. Observa cada movimiento de las naciones; que ningún rebelde se levante desafiante. Interludio


Los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen el corazón totalmente comprometido con él. ¡Qué necio has sido! ¡De ahora en adelante estarás en guerra!».


Nunca he vivido en una casa, desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta el día de hoy, sino que mi hogar ha sido una carpa, trasladada de un lugar a otro en un tabernáculo.


“El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Podrían acaso construirme un templo tan bueno como ese? —pregunta el Señor—. ¿Podrían construirme un lugar de descanso así?


Los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando tanto a los malos como a los buenos.


Que toda la humanidad guarde silencio ante el Señor, porque él entra en acción desde su santa morada».


Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones».


con toda seguridad Dios lo habría sabido, porque conoce los secretos de cada corazón.


Canten alabanzas al Señor, que reina en Jerusalén. Cuéntenle al mundo acerca de sus inolvidables hechos.


¡Atención! ¡Que todos los habitantes del mundo escuchen! Que oiga la tierra y todo lo que hay en ella. El Señor Soberano hace acusaciones en contra de ustedes; el Señor habla desde su santo templo.


Quizá se les permita vivir seguros, pero Dios siempre los vigila.


El Señor mira desde los cielos a toda la raza humana; observa para ver si hay alguien realmente sabio, si alguien busca a Dios.


¿Quién puede compararse con el Señor nuestro Dios, quien está entronizado en las alturas?


Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.


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