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Salmos 101:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Mi tarea diaria será descubrir a los perversos y liberar de sus garras a la ciudad del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

8 De mañana destruiré a todos los impíos de la tierra, Para exterminar de la ciudad de Jehová a todos los que hagan iniquidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Cada mañana acabaré con todos los malvados del país, para suprimir de la ciudad del Señor a todos los que hacen el mal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Día a día destruiré a todos los malvados de la tierra, Para extirpar de la ciudad de YHVH a todos los que obran iniquidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 A todos los impíos del país raeré de mañana, a fin de extirpar de la ciudad de Dios a cuantos hacen el mal.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Por las mañanas cortaré a todos los impíos de la tierra; para extirpar de la ciudad de Jehová a todos los que hacen iniquidad.

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Salmos 101:8
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues Dios dice: «Quebraré la fuerza de los malvados, pero aumentaré el poder de los justos».


Esto dice el Señor a la dinastía de David: »”¡Hagan justicia cada mañana al pueblo que ustedes juzgan! Ayuden a los que han sufrido robos; rescátenlos de sus opresores. De lo contrario, mi enojo arderá como fuego insaciable debido a todos sus pecados.


El rey detesta las fechorías, porque su gobierno se basa en la justicia.


Cuando el rey se sienta a juzgar en el tribunal, analiza todas las pruebas, y separa lo malo de lo bueno.


Habíamos oído de la gloria de la ciudad, pero ahora la hemos visto en persona, la ciudad del Señor de los Ejércitos Celestiales. Es la ciudad de nuestro Dios; él hará que sea segura para siempre. Interludio


¡Escúchenme, líderes de Israel! Ustedes odian la justicia y tuercen todo lo recto.


Ya no podrás quedarte aquí en la tierra del Señor. En cambio, volverás a Egipto, y en Asiria comerás alimentos ceremonialmente impuros.


El rey sabio esparce a los perversos como trigo, y luego los atropella con su rueda de trillar.


Es alto y magnífico; ¡toda la tierra se alegra al verlo! ¡El monte Sion, el monte santo, es la ciudad del gran Rey!


Un río trae gozo a la ciudad de nuestro Dios, el hogar sagrado del Altísimo.


No se permitirá la entrada a ninguna cosa mala ni tampoco a nadie que practique la idolatría y el engaño. Solo podrán entrar los que tengan su nombre escrito en el libro de la vida del Cordero.


Pero tú me has hecho fuerte como un buey salvaje; me has ungido con el mejor aceite.


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