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Salmos 100:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

3 ¡Reconozcan que el Señor es Dios! Él nos hizo, y le pertenecemos; somos su pueblo, ovejas de su prado.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Sepan que el Señor es Dios, él nos hizo y nosotros somos suyos, su pueblo y el rebaño de su pradera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Reconoced que YHVH es ’El, Él nos hizo y suyos somos, Pueblo suyo y ovejas de su prado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Sabed bien que él es Dios: él nos ha hecho y somos suyos, su nación y rebaño de sus pastos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Reconoced que Jehová es Dios: Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

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Salmos 100:3
44 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

«¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios! Toda nación me honrará. Seré honrado en el mundo entero».


Tú me hiciste; me creaste. Ahora dame la sensatez de seguir tus mandatos.


Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.


Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra.


Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento, para que podamos conocer al Dios verdadero. Y ahora vivimos en comunión con el Dios verdadero porque vivimos en comunión con su Hijo, Jesucristo. Él es el único Dios verdadero y él es la vida eterna.


De modo que, si sufren de la manera que agrada a Dios, sigan haciendo lo correcto y confíenle su vida a Dios, quien los creó, pues él nunca les fallará.


Oh Israel, alégrate de tu Creador. Oh pueblo de Jerusalén, regocíjate de tu Rey.


»Entonces recuerda lo siguiente y tenlo siempre presente: el Señor es Dios en los cielos y en la tierra, y no hay otro.


»Él te mostró esas cosas, para que supieras que el Señor es Dios y que no hay ningún otro.


Antes eran como ovejas que andaban descarriadas. Pero ahora han vuelto a su Pastor, al Guardián de sus almas.


Entonces nosotros, tu pueblo, las ovejas de tu prado, te agradeceremos por siempre y para siempre, y alabaremos tu grandeza de generación en generación.


Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.


Pero guio a su propio pueblo como a un rebaño de ovejas; los condujo a salvo a través del desierto.


»”Esto dice el Señor Soberano: yo mismo saldré a buscar a mis ovejas y las encontraré.


Sin embargo, el Señor es el único Dios verdadero. ¡Él es el Dios viviente y el Rey eterno! Toda la tierra tiembla ante su enojo; las naciones no pueden hacerle frente a su ira.


Algunas veces parece como si nunca te hubiéramos pertenecido; es como si nunca hubiéramos sido conocidos como tu pueblo.


Entonces recordaron los días de antaño cuando Moisés sacó a su pueblo de Egipto. Clamaron: «¿Dónde está el que llevó a Israel a través del mar con Moisés como pastor? ¿Dónde está el que envió a su Santo Espíritu para que estuviera en medio de su pueblo?


Ahora, oh Señor nuestro Dios, rescátanos de su poder; así todos los reinos de la tierra sabrán que solo tú, oh Señor, eres Dios».


Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos.


Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa.


No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador. Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: «La vida ya no es agradable».


porque el Señor es Dios grande, un gran Rey sobre todos los dioses.


«Mintamos todo lo que queramos —dicen—. Son nuestros los labios; ¿quién puede detenernos?».


¿Qué ganas con oprimirme? ¿Por qué me rechazas, siendo yo obra de tus manos, mientras miras con favor los planes de los malvados?


Te tomaré como pueblo mío y seré tu Dios. Entonces sabrás que yo soy el Señor tu Dios, quien te ha librado de la opresión de Egipto.


¿Es así como le pagas al Señor, pueblo necio y sin entendimiento? ¿No es él tu Padre, quien te creó? ¿Acaso no te formó y te estableció?


»Pero Israel pronto engordó y se volvió rebelde; ¡el pueblo aumentó de peso, se puso gordo y relleno! Entonces abandonó a Dios, quien lo había creado; se burló de la Roca de su salvación.


Él es el Señor nuestro Dios; su justicia se ve por toda la tierra.


Sin embargo, nadie invoca tu nombre ni te ruega misericordia. Por eso tú te apartaste de nosotros y nos entregaste a nuestros pecados.


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