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Romanos 8:24 - Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo;

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Biblia Reina Valera 1960

24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Estamos salvados, pero todo es esperanza. ¿Quieres ver lo que esperas? Ya no sería esperar; porque, ¿puedes esperar lo que ya ves?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Porque en esperanza fuimos salvos, pero la esperanza que se ve, no es esperanza, porque ¿para qué esperanzarse° en lo que alguno ve?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Pues con esa esperanza hemos sido salvados. Ahora bien, esperanza cuyo objeto se ve, no es esperanza. Porque, ¿quién espera lo que ya está viendo?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Porque en esperanza somos salvos; mas la esperanza que se ve no es esperanza, pues lo que uno ve ¿por qué esperarlo aún?

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Romanos 8:24
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver.


Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.


Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.


Por medio de Cristo, han llegado a confiar en Dios. Y han puesto su fe y su esperanza en Dios, porque él levantó a Cristo de los muertos y le dio una gloria inmensa.


pero los que vivimos en la luz estemos lúcidos, protegidos por la armadura de la fe y el amor, y usemos, por casco, la confianza de nuestra salvación.


Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación


Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando.


Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios.


Le pido a Dios, fuente de esperanza, que los llene completamente de alegría y paz, porque confían en él. Entonces rebosarán de una esperanza segura mediante el poder del Espíritu Santo.


Pues él quería que su pueblo supiera que las riquezas y la gloria de Cristo también son para ustedes, los gentiles. Y el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de que participarán de su gloria.


Tales cosas se escribieron hace tiempo en las Escrituras para que nos sirvan de enseñanza. Y las Escrituras nos dan esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia hasta que se cumplan las promesas de Dios.


Sin embargo, los que vivimos por el Espíritu esperamos con anhelo recibir por la fe la justicia que Dios nos ha prometido.


Pero felices son los que tienen como ayudador al Dios de Israel, los que han puesto su esperanza en el Señor su Dios.


Y todos los que tienen esta gran expectativa se mantendrán puros, así como él es puro.


Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, quien nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una esperanza maravillosa,


Pero deben seguir creyendo esa verdad y mantenerse firmes en ella. No se alejen de la seguridad que recibieron cuando oyeron la Buena Noticia. Esa Buena Noticia ha sido predicada por todo el mundo, y yo, Pablo, fui designado servidor de Dios para proclamarla.


Ambas cosas provienen de la firme esperanza puesta en lo que Dios les ha reservado en el cielo. Ustedes han tenido esa esperanza desde la primera vez que escucharon la verdad de la Buena Noticia.


Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor.


¡Regresen al refugio, ustedes, prisioneros, que todavía tienen esperanza! Hoy mismo prometo que les daré dos bendiciones por cada dificultad.


»Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza.


Pero el Señor vela por los que le temen, por aquellos que confían en su amor inagotable.


Que tu amor inagotable nos rodee, Señor, porque solo en ti está nuestra esperanza.


Los perversos son aplastados por el desastre, pero los justos tienen un refugio cuando mueren.


Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Esa es la cantidad de descendientes que tendrás».


Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza,


Por su gracia él nos hizo justos a sus ojos y nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna.


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