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Romanos 7:21 - Biblia Nueva Traducción Viviente

21 He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Ahí me encuentro con una ley: cuando quiero hacer el bien, el mal se me adelanta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Así pues, queriendo yo hacer lo bueno,° hallo esta° ley: El mal está en mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Por consiguiente, cuando intento hacer lo bueno descubro que tengo dentro de mí esta ley: que es lo malo lo que está a mi alcance.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Hallo, pues, esta ley, que cuando quiero hacer el bien, el mal está en mí.

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Romanos 7:21
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

pero hay otro poder dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí.


Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo.


y porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que da vida los ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte.


El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios.


No permitan que el pecado controle la manera en que viven; no caigan ante los deseos pecaminosos.


Guía mis pasos conforme a tu palabra, para que no me domine el mal.


Prometen libertad, pero ellos mismos son esclavos del pecado y de la corrupción porque uno es esclavo de aquello que lo controla.


Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó.


Jesús contestó: —Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado.


Aparta mis ojos de cosas inútiles y dame vida mediante tu palabra.


Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del río Jordán y fue guiado por el Espíritu en el desierto,


Aunque nuestros pecados nos abruman, tú los perdonas todos.


Pues me rodean las dificultades, ¡son demasiadas para contar! Es tal la acumulación de mis pecados que no puedo ver una salida. Suman más que los cabellos de mi cabeza y he perdido toda mi valentía.


¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.


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