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Romanos 16:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Den también mis saludos a la iglesia que se reúne en el hogar de ellos. Saluden a mi querido amigo Epeneto. Él fue el primero de toda la provincia de Asia que se convirtió en seguidor de Cristo.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Saluden también a la Iglesia que se reúne en su casa. Saluden a mi querido Epéneto, el primer convertido cristiano en la provincia de Asia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 y a la iglesia que está en su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, quien es primicias de Asia en el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Saludad también a la iglesia que se reúne en su casa. Saludad a mi querido Epéneto, que fue primicia de Asia para Cristo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Saludad también a la iglesia que está en su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es de los primeros frutos de Acaya para Cristo.

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Romanos 16:5
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Les ruego que saluden de mi parte a nuestros hermanos en Laodicea, y también a Ninfas y a la iglesia que se reúne en su casa.


a nuestra hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero en la lucha, y a la iglesia que se reúne en tu casa.


Las iglesias de aquí, en la provincia de Asia, les mandan saludos en el Señor, igual que Aquila y Priscila y todos los demás que se congregan en la casa de ellos para las reuniones de la iglesia.


Ustedes ya saben que Estéfanas y los de su casa fueron los primeros frutos de la cosecha de creyentes en Grecia, y ellos tienen su vida puesta al servicio del pueblo de Dios. Les ruego, amados hermanos,


Pues donde se reúnen dos o tres en mi nombre, yo estoy allí entre ellos.


Ellos se han mantenido tan puros como vírgenes, y son los que siguen al Cordero dondequiera que va. Han sido comprados de entre los pueblos de la tierra como ofrenda especial para Dios y para el Cordero.


Yo, Juan, el anciano, le escribo esta carta a Gayo, mi querido amigo, a quien amo en la verdad.


Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.


Pues sé lo deseosos que están de ayudar, y me estuve jactando en las iglesias de Macedonia de que ustedes, los de Grecia, hace un año estuvieron dispuestos a enviar una ofrenda. De hecho, fue su entusiasmo lo que fomentó que muchos de los creyentes macedonios comenzaran a dar.


Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser un apóstol de Cristo Jesús, escribo esta carta junto con nuestro hermano Timoteo. Va dirigida a la iglesia de Dios en Corinto y a todo su pueblo santo que está en toda Grecia.


Den mis saludos a Trifena y Trifosa, obreras del Señor, y a la amada Pérsida, quien ha trabajado tanto para el Señor.


Saluden a Amplias, mi querido amigo en el Señor.


Pues, les cuento, los creyentes de Macedonia y Acaya con entusiasmo juntaron una ofrenda para los creyentes de Jerusalén que son pobres.


Y dado que Abraham y los otros patriarcas fueron santos, sus descendientes también serán santos, del mismo modo que toda la masa de pan es santa porque la porción que se da como ofrenda es santa. Pues, si las raíces del árbol son santas, las ramas también lo serán.


Apolos pensaba ir a Acaya, y los hermanos de Éfeso lo animaron para que fuera. Les escribieron a los creyentes de Acaya para pedirles que lo recibieran. Cuando Apolos llegó, resultó ser de gran beneficio para los que, por la gracia de Dios, habían creído.


Cuando Galión llegó a ser gobernador de Acaya, unos judíos se levantaron contra Pablo y lo llevaron ante el gobernador para juzgarlo.


Aquí estamos nosotros: partos, medos, elamitas, gente de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, de la provincia de Asia,


Luego, Pablo y Silas viajaron por la región de Frigia y Galacia, porque el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia en ese tiempo.


De hecho, ellos una vez arriesgaron la vida por mí. Yo les estoy agradecido, igual que todas las iglesias de los gentiles.


Denle mis saludos a María, quien ha trabajado tanto por ustedes.


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