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Romanos 1:7 - Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Les escribo a todos ustedes, los amados de Dios que están en Roma y son llamados a ser su pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.

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Biblia Reina Valera 1960

7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 que están en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado y consagrado. Que de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor, les lleguen la gracia y la paz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia a vosotros, y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 A todos los amados de Dios que estáis en Roma, llamados a ser pueblo santo: gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos. Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

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Romanos 1:7
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les escribimos esta carta a los fieles hermanos en Cristo que conforman el pueblo santo de Dios en la ciudad de Colosas. Que Dios nuestro Padre les dé gracia y paz.


Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.


Nosotros, Pablo, Silas y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Que Dios les dé gracia y paz.


Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.


La gracia, la misericordia y la paz que provienen de Dios Padre y de Jesucristo —el Hijo del Padre— permanecerán con nosotros, los que vivimos en la verdad y el amor.


Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.


Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.


Ahora, que el mismo Señor de paz les dé su paz en todo momento y en cada situación. El Señor sea con todos ustedes.


Que la gracia del Señor Jesús sea con el pueblo santo de Dios.


Que la gracia del Señor Jesucristo sea con el espíritu de cada uno de ustedes.


Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él.


pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo.


Le escribo a Tito, mi verdadero hijo en la fe que compartimos. Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Salvador te den gracia y paz.


Que el Señor esté con tu espíritu, y que su gracia sea con todos ustedes.


Le escribo a Timoteo, mi querido hijo. Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te den gracia, misericordia y paz.


le escribo esta carta a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe. Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te den gracia, misericordia y paz.


Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.


Dios nos ha llamado a vivir vidas santas, no impuras.


Al orar a nuestro Dios y Padre por ustedes, pensamos en el fiel trabajo que hacen, las acciones de amor que realizan y la constante esperanza que tienen a causa de nuestro Señor Jesucristo.


Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.


Que la gracia del Señor Jesucristo sea con el espíritu de cada uno de ustedes.


¡Toda la gloria sea a Dios nuestro Padre por siempre y para siempre! Amén.


La paz sea con ustedes, queridos hermanos, y que Dios el Padre y el Señor Jesucristo les den amor junto con fidelidad.


Amados hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de cada uno de ustedes. Amén.


Que la gracia del Señor Jesús sea con ustedes.


Con respecto a los gentiles, Dios dice en la profecía de Oseas: «A los que no eran mi pueblo, ahora los llamaré mi pueblo. Y amaré a los que antes no amaba».


Por lo tanto, ya que fuimos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.


La carta que llevaron decía lo siguiente: «Nosotros, los apóstoles y los ancianos, sus hermanos de Jerusalén, escribimos esta carta a los creyentes gentiles de Antioquía, Siria y Cilicia. ¡Saludos!


Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos.


Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.


Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.


Ustedes están incluidos entre los gentiles que fueron llamados a pertenecer a Jesucristo.


»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Éfeso. Este es el mensaje de aquel que tiene las siete estrellas en la mano derecha, del que camina en medio de los siete candelabros de oro:


Yo, Santiago, esclavo de Dios y del Señor Jesucristo, escribo esta carta a las «doce tribus»: los creyentes judíos que están dispersos por el mundo. ¡Reciban mis saludos!


—No te aferres a mí —le dijo Jesús—, porque todavía no he subido al Padre; pero ve a buscar a mis hermanos y diles: “Voy a subir a mi Padre y al Padre de ustedes, a mi Dios y al Dios de ustedes”.


De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.


Rescata ahora a tu pueblo amado; respóndenos y sálvanos con tu poder.


Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Benjamín: «Los de Benjamín son amados por el Señor y viven seguros a su lado. Él los rodea continuamente y los protege de todo daño».


»Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias».


»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Laodicea. Este es el mensaje de aquel que es el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la nueva creación de Dios:


»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Filadelfia. Este es el mensaje de aquel que es santo y verdadero, el que tiene la llave de David. Lo que él abre, nadie puede cerrar; y lo que él cierra, nadie puede abrir:


»Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.


»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Tiatira. Este es el mensaje del Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce pulido:


»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Pérgamo. Este es el mensaje de aquel que tiene la espada aguda de doble filo:


»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Esmirna. Este es el mensaje de aquel que es el Primero y el Último, que estuvo muerto pero ahora vive:


El hecho de que tengan amos creyentes no es excusa para ser irrespetuosos. Al contrario, esos esclavos deberían servir a sus amos con mucho más esmero, porque ese esfuerzo beneficia a otros muy amados creyentes. Timoteo, enseña estas cosas y anima a todos a que las obedezcan.


¡He entrado en mi jardín, tesoro mío, esposa mía! Recojo mirra entre mis especias, y disfruto del panal con mi miel y bebo vino con mi leche. Oh amante y amada: ¡coman y beban! ¡Sí, beban su amor hasta saciarse!


Que el Señor sonría sobre ti y sea compasivo contigo.


—¡Pero Señor! —exclamó Ananías—. ¡He oído a mucha gente hablar de las cosas terribles que ese hombre les ha hecho a los creyentes de Jerusalén!


Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.


Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.


Sin embargo, para los que Dios llamó a la salvación, tanto judíos como gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.


Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.


Sabemos, amados hermanos, que Dios los ama y los ha elegido para que sean su pueblo.


Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.


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