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Proverbios 30:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Tienen los dientes como espadas y los colmillos como cuchillos. Devoran al pobre de la tierra y a los necesitados de entre la humanidad.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 personas con dientes como espadas y colmillos como cuchillos, que devoran a los humildes del país y a los pobres del pueblo!

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Hay quien tiene dientes como espadas y muelas como cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra y a los necesitados de entre los hombres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 una raza cuyos dientes son espadas y cuyos molares son cuchillos para devorar a los pobres del país y a los menesterosos de entre los hombres.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los necesitados de entre los hombres.

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Proverbios 30:14
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Me rodean leones feroces que con avidez devoran a sus presas humanas; sus dientes penetran como lanzas y flechas, y sus lenguas cortan como espadas.


¡Levántate, oh Señor! ¡Rescátame, Dios mío! ¡Abofetea a todos mis enemigos! ¡Destroza los dientes de los malvados!


¿Será posible que nunca aprendan los que hacen el mal? Devoran a mi pueblo como si fuera pan y ni siquiera piensan en orar al Señor.


Rompía la cara de los opresores incrédulos y arrancaba a sus víctimas de entre sus dientes.


Su cabello era como el de una mujer, y tenían dientes como los del león.


¡Escuchen esto, ustedes que roban al pobre y pisotean al necesitado!


Además, observé toda la opresión que sucede bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no había nadie para consolarlos. Los opresores tienen mucho poder y sus víctimas son indefensas.


¡Quiébrales los colmillos, oh Dios! ¡Destrózales las mandíbulas a estos leones, oh Señor!


El Señor responde: «He visto violencia contra los indefensos y he oído el gemir de los pobres. Ahora me levantaré para rescatarlos como ellos anhelaron que hiciera».


»¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues le cierran la puerta del reino del cielo en la cara a la gente. Ustedes no entrarán ni tampoco dejan que los demás entren.


Sus líderes son como leones rugientes en cacería de sus víctimas. Sus jueces son como lobos voraces al anochecer, que para la mañana no han dejado rastro de su presa.


Con sus propias armas destruiste al jefe de los que se lanzaron como un torbellino, pensando que Israel sería presa fácil.


Escúchenme, ustedes, vacas gordas que viven en Samaria, ustedes, mujeres, que oprimen al pobre y aplastan al necesitado y que les gritan siempre a sus esposos: «¡Tráigannos otra bebida!».


Pisotean en el polvo a los indefensos y quitan a los oprimidos del camino. Tanto el padre como el hijo se acuestan con la misma mujer y así profanan mi santo nombre.


Las sutiles artimañas de los canallas son maliciosas; traman planes torcidos. Mienten para condenar a los pobres, aun cuando la causa de los pobres es justa.


El pobre que oprime a los pobres es como la lluvia torrencial que destruye la cosecha.


La persona que saca ventaja oprimiendo al pobre, o llenando de regalos al rico, terminará en la pobreza.


Algunas personas hacen comentarios hirientes, pero las palabras del sabio traen alivio.


Todo el día conspiras destrucción. Tu lengua es cortante como una navaja afilada; eres experto en decir mentiras.


¡Alaben al Señor, quien no permitió que nos despedazaran con sus dientes!


La sanguijuela tiene dos bocas que chupan, y gritan: «¡Más, más!». Hay tres cosas que nunca se sacian; no, son cuatro las que nunca dicen «¡basta!»:


El Señor se presenta para pronunciar juicio sobre los ancianos y los gobernantes de su pueblo: «Ustedes han destruido a Israel, mi viñedo. Sus casas están llenas de cosas robadas a los pobres.


¿Quién podría abrir sus mandíbulas a la fuerza? ¡Sus dientes dan terror!


¡Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos! Que tu gloria brille sobre toda la tierra.


¿Cómo se atreven a aplastar a mi pueblo, al restregar la cara de los pobres contra el polvo?», reclama el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales.


Privan a los pobres de la justicia y les niegan sus derechos a los necesitados de mi pueblo. Explotan a las viudas y se aprovechan de los huérfanos.


»”Cada uno de los líderes de Israel que vive dentro de tus murallas está decidido a derramar sangre.


Ustedes beben la leche, se visten con la lana y matan a los mejores animales, pero dejan que sus rebaños pasen hambre.


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