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Proverbios 23:17 - Biblia Nueva Traducción Viviente

17 No envidies a los pecadores; en cambio, teme siempre al Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

17 No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 No envidies a los pecadores sino que sigue siempre en el temor de Yavé;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 No tengas envidia de los pecadores, Antes, persevera en el temor de YHVH en todo tiempo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 No vivas envidiando a los pecadores, sino en constante temor de Yahveh;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 No envidie tu corazón a los pecadores, antes persevera siempre en el temor de Jehová:

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Proverbios 23:17
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Benditos los que tienen temor de hacer lo malo, pero los tercos van directo a graves problemas.


Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales».


Queridos amigos, dado que tenemos estas promesas, limpiémonos de todo lo que pueda contaminar nuestro cuerpo o espíritu. Y procuremos alcanzar una completa santidad porque tememos a Dios.


Más vale tener poco, con el temor del Señor, que tener grandes tesoros y vivir llenos de angustia.


La iglesia, entonces, tuvo paz por toda Judea, Galilea y Samaria; se fortalecía y los creyentes vivían en el temor del Señor. Y, con la ayuda del Espíritu Santo, también creció en número.


Hablar no cuesta nada, es como soñar despierto y tantas otras actividades inútiles. Tú, en cambio, teme a Dios.


No envidies a las personas violentas ni imites su conducta.


El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría; todos los que obedecen sus mandamientos crecerán en sabiduría. ¡Alábenlo para siempre!


No envidies a la gente malvada ni desees su compañía.


No te inquietes por causa de los que hacen el mal ni envidies a los perversos.


Hijo mío, teme al Señor y al rey. No te juntes con los rebeldes,


No dejes que tu boca te haga pecar, y no te defiendas ante el mensajero del templo al decir que la promesa que hiciste fue un error. Esa actitud enojaría a Dios y quizá destruya todo lo que has logrado.


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