Proverbios 17:21 - Biblia Nueva Traducción Viviente

²¹ Los padres de un necio sufren; no hay alegría para el padre de un rebelde.

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Biblia Reina Valera 1960

²¹ El que engendra al insensato, para su tristeza lo engendra; Y el padre del necio no se alegrará.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²¹ El que echa un tonto al mundo le pesará; el padre del insensato no tendrá de qué alegrarse.

La Biblia Textual 3a Edicion

²¹ El que engendra a un insensato, para su propia tristeza lo engendra, Y el padre de un necio no tendrá alegría.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²¹ Engendrar un necio va en propio perjuicio, no tiene alegría el padre del fatuo.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²¹ El que engendra al necio, para su tristeza lo engendra; y el padre del necio no tiene alegría.

Proverbios 17:21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Proverbios 10:1

Los proverbios de Salomón: Un hijo sabio trae alegría a su padre; un hijo necio trae dolor a su madre.

Proverbios 19:13

El hijo necio es una calamidad para su padre; una esposa que busca pleitos es tan molesta como una gotera continua.

Proverbios 17:25

Los hijos necios traen dolor a su padre y amargura a la que los dio a luz.

Proverbios 15:20

Los hijos sensatos traen alegría a su padre; los hijos necios desprecian a su madre.

Génesis 26:34

Cuando Esaú tenía cuarenta años, se casó con dos mujeres hititas: Judit, hija de Beeri, y Basemat, hija de Elón;

3 Juan 1:4

No hay nada que me cause más alegría que oír que mis hijos siguen la verdad.

2 Corintios 2:3

Por eso les escribí como lo hice, para que, cuando llegue, no me causen tristeza los mismos que deberían darme la más grande alegría. Seguramente, todos ustedes saben que mi alegría proviene de que estén alegres.

2 Samuel 18:33

Entonces el rey se sintió abrumado por la emoción. Subió a la habitación que estaba sobre la entrada y se echó a llorar. Y mientras subía, clamaba: «¡Oh, mi hijo Absalón! ¡Hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Si tan solo yo hubiera muerto en tu lugar! ¡Oh Absalón, mi hijo, mi hijo!».

1 Samuel 8:3

Pero ellos no eran como su padre, porque codiciaban el dinero; aceptaban sobornos y pervertían la justicia.