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Proverbios 15:28 - Biblia Nueva Traducción Viviente

28 El corazón del justo piensa bien antes de hablar; la boca de los perversos rebosa de palabras malvadas.

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Biblia Reina Valera 1960

28 El corazón del justo piensa para responder; Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 El hombre recto reflexiona antes de responder, la maldad sale por sí sola de la boca de los malos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 La mente honrada medita la respuesta, Pero la boca del inicuo derrama cosas malas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 El corazón del justo medita la respuesta, la boca de los malvados profiere maldades.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 El corazón del justo piensa para responder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas.

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Proverbios 15:28
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En cambio, adoren a Cristo como el Señor de su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza que tienen como creyentes, estén siempre preparados para dar una explicación;


Los necios dan rienda suelta a su enojo, pero los sabios calladamente lo controlan.


No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras.


La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo, pero la boca de un necio escupe tonterías.


¡Camada de víboras! ¿Cómo podrían hombres malvados como ustedes hablar de lo que es bueno y correcto? Pues lo que está en el corazón determina lo que uno dice.


No dejes que tu boca te haga pecar, y no te defiendas ante el mensajero del templo al decir que la promesa que hiciste fue un error. Esa actitud enojaría a Dios y quizá destruya todo lo que has logrado.


Hay más esperanza para un necio que para la persona que habla sin pensar.


De una mente sabia provienen palabras sabias; las palabras de los sabios son persuasivas.


Las personas sabias piensan antes de actuar; los necios no lo hacen y hasta se jactan de su necedad.


Hablar demasiado conduce al pecado. Sé prudente y mantén la boca cerrada.


Se jactan de sí mismos con alardes tontos y sin sentido. Saben cómo apelar a los deseos sexuales pervertidos, para incitar a que vuelvan al pecado los que apenas se escapaban de una vida de engaño.


Escucha la basura que sale de sus bocas; sus palabras cortan como espadas. Dicen con desdén: «Después de todo, ¿quién puede oírnos?».


Los labios del justo hablan palabras provechosas, pero la boca del malvado habla perversidad.


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