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Oseas 9:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Aunque escapes de la destrucción a manos de Asiria, Egipto te vencerá y Menfis te enterrará. La ortiga se apoderará de tus tesoros de plata y la zarza invadirá tus casas arruinadas.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Porque he aquí se fueron ellos a causa de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis los enterrará. La ortiga conquistará lo deseable de su plata, y espino crecerá en sus moradas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Ustedes saldrán, pero huyendo después de la derrota. Egipto los recogerá, y en Menfis serán sepultados. Las ortigas guardarán sus tesoros de plata y las zarzas crecerán en sus casas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Si escapan a causa de la calamidad, Egipto los recogerá, Menfis los sepultará. La codicia de su plata la heredará la ortiga, Y en sus tiendas crecerán espinos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Se evaden de la devastación, pero Egipto los recoge y Menfis los sepulta. Sus tesoros de plata los heredará la ortiga; cardos crecerán en sus tiendas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Porque, he aquí se fueron ellos a causa de la destrucción: Egipto los recogerá, Menfis los enterrará; espino poseerá por heredad lo deseable de su plata, ortiga crecerá en sus moradas.

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Oseas 9:6
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y los santuarios paganos de Avén, donde Israel pecaba, se derrumbarán. Alrededor de sus altares crecerán espinos y cardos. Suplicarán a los montes: «¡Entiérrennos!», y rogarán a las colinas: «¡Caigan sobre nosotros!».


La convertiré en un lugar silvestre donde no se podan las vides ni se remueve la tierra, un lugar cubierto de cardos y espinos. Ordenaré a las nubes que no dejen caer la lluvia sobre ella.


Ya no podrás quedarte aquí en la tierra del Señor. En cambio, volverás a Egipto, y en Asiria comerás alimentos ceremonialmente impuros.


Al pueblo le encanta ofrecerme sacrificios, y se deleitan con la carne, pero no acepto sus sacrificios. Yo haré responsable a mi pueblo de sus pecados y lo castigaré; ellos volverán a Egipto.


Miran en todas partes menos al Altísimo. Son tan inútiles como un arco torcido. Sus líderes morirán a manos de sus enemigos a causa de su insolencia hacia mí. Entonces el pueblo de Egipto se reirá de ellos.


En aquel día, los viñedos lozanos que hoy valen mil piezas de plata se convertirán en parcelas llenas de zarzas y espinos.


Vendrán de Egipto como una bandada de aves. Regresarán de Asiria temblando como palomas y los traeré de regreso a casa», dice el Señor.


»¡Qué aflicción les espera a los que me han abandonado! Déjenlos morir porque se han rebelado contra mí. Yo deseaba redimirlos, pero han dicho mentiras de mí.


Los espinos invadirán sus palacios; en sus fuertes crecerán la ortiga y el cardo. Las ruinas serán guarida de los chacales y se convertirán en hogar de los búhos.


Pues su tierra se cubrirá de espinos y zarzas; sus hogares alegres y ciudades felices desaparecerán.


Sin embargo, llegará el día cuando el Señor los reunirá como grano seleccionado a mano. Uno por uno los irá reuniendo, desde el río Éufrates al oriente, hasta el arroyo de Egipto al occidente.


Los funcionarios de Zoán son unos necios, y los funcionarios de Menfis son engañados. Los líderes del pueblo hicieron descarriar a Egipto.


En ese día, el Señor extenderá su mano por segunda vez para traer de regreso al remanente de su pueblo: los que queden en Asiria y el norte de Egipto; en el sur de Egipto, Etiopía y Elam; en Babilonia, Hamat y todas las tierras costeras distantes.


Vi que habían crecido espinos por todas partes. Estaba cubierto de maleza, y sus muros, destruidos.


Convierte la tierra fructífera en tierras saladas y baldías, a causa de la maldad de sus habitantes.


Finalmente, el ejército de Joacaz quedó reducido a cincuenta conductores de carros de guerra, diez carros de guerra y diez mil soldados de infantería. El rey de Aram había matado a los demás, pisoteándolos como al polvo debajo de sus pies.


Los hombres de Israel vieron el gran aprieto en el que se encontraban y, como estaban fuertemente presionados por el enemigo, trataron de esconderse en cuevas, matorrales, rocas, hoyos y cisternas.


Los egipcios, en pie de guerra, llegaron desde sus ciudades de Menfis y Tafnes; han destruido la gloria y el poder de Israel.


Así que tengan por seguro que morirán por guerra, enfermedad y hambre en Egipto, donde ustedes insisten en ir».


Este es el mensaje que recibió Jeremías con relación a los judíos que vivían en el norte de Egipto, en las ciudades de Migdol, Tafnes y Menfis y también en el sur de Egipto.


«¡Grítenlo en Egipto! ¡Publíquenlo en las ciudades de Migdol, Menfis y Tafnes! Movilícense para la batalla, porque la espada devorará a todos los que están a su alrededor.


¡Hagan las maletas! ¡Prepárense para ir al destierro, ustedes ciudadanos de Egipto! La ciudad de Menfis será destruida; quedará sin un solo habitante.


»”Esto dice el Señor Soberano: romperé en pedazos los ídolos de Egipto y las imágenes que están en Menfis. Ya no quedarán gobernantes en Egipto; el terror se apoderará del país.


¡Sí, le prenderé fuego a todo Egipto! Pelusio se retorcerá de dolor; Tebas será despedazada; Menfis vivirá en constante terror.


»Por esta razón la cercaré con espinos. Cerraré su paso con un muro para que pierda su rumbo.


»El pueblo de Israel se ha vuelto como palomas, necias y tontas; primero clama a Egipto en busca de ayuda y luego vuela a Asiria.


Giman de dolor los que viven en la zona del mercado, porque todos los comerciantes y negociantes serán destruidos.


Los dispersaré entre las naciones y sacaré mi espada contra ustedes. Sus ciudades quedarán en ruinas y su tierra desolada.


Tomaré a este remanente de Judá —los que estaban resueltos a venir y vivir en Egipto— y los consumiré. Caerán aquí en Egipto, muertos por guerra y hambre. Todos morirán, desde el menos importante hasta el más importante. Serán objeto de condenación, de horror, de maldición y de burla.


Los castigaré en Egipto así como lo hice en Jerusalén, con guerra, hambre y enfermedad.


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