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Oseas 8:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Ahora Israel me suplica: “¡Ayúdanos, porque tú eres nuestro Dios!”.

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កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

2 A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Ellos me aclaman: 'Dios mío, nosotros los de Israel te conocemos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 A mí clamarán: ¡Dios mío, nosotros, Israel, te conocemos!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Ellos me invocan: '¡Dios mío!'. '¡Te conocemos los de Israel!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Israel clamará a mí: Dios mío, te conocemos.

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Oseas 8:2
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tales personas afirman que conocen a Dios, pero lo niegan con su manera de vivir. Son detestables y desobedientes, no sirven para hacer nada bueno.


»No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.


Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad;


Cuando el señor de la casa haya cerrado la puerta, será demasiado tarde. Ustedes quedarán afuera llamando y rogando: “¡Señor, ábrenos la puerta!”, pero él contestará: “No los conozco ni sé de dónde vienen”.


Más tarde, cuando regresaron las otras cinco damas de honor, se quedaron afuera, y llamaron: “¡Señor, señor! ¡Ábrenos la puerta!”.


Ustedes, gobernantes, toman decisiones con base en sobornos; ustedes, sacerdotes, enseñan las leyes de Dios solo por dinero; ustedes, profetas, no profetizan a menos que se les pague. Sin embargo, todos alegan depender del Señor. «Nada malo nos puede suceder —dicen ustedes— porque el Señor está entre nosotros».


pero no se dejen engañar por los que les prometen seguridad simplemente porque aquí está el templo del Señor. Ellos repiten: ‘¡El templo del Señor está aquí! ¡El templo del Señor está aquí!’.


Sin embargo, no destruyó los becerros de oro que estaban en Betel y en Dan, con los cuales Jeroboam, hijo de Nabat, había hecho pecar a Israel.


Luego Jehú le dijo: —Ven conmigo y verás lo dedicado que soy al Señor. Y Jonadab lo acompañó en su carro.


Entonces regresaré a mi lugar, hasta que reconozcan su culpa y se vuelvan a mí. Pues tan pronto lleguen las dificultades, me buscarán de todo corazón».


Pero es demasiado tarde. Los israelitas rechazaron lo bueno, y ahora sus enemigos los perseguirán.


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