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Oseas 5:15 - Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Entonces regresaré a mi lugar, hasta que reconozcan su culpa y se vuelvan a mí. Pues tan pronto lleguen las dificultades, me buscarán de todo corazón».

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Biblia Reina Valera 1960

15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Volveré a mi casa hasta que se reconozcan culpables y vengan a verme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Me volveré de ellos a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro, Y me busquen en su angustia con empeño:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Voy a volverme a mi lugar, hasta que expíen su culpa y busquen mi rostro; en su angustia me buscarán ansiosamente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Andaré y volveré a mi lugar hasta que reconozcan su pecado, y busquen mi rostro. En su angustia temprano me buscarán.

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Oseas 5:15
51 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Señor, en nuestra angustia te hemos buscado; bajo la carga de tu disciplina hemos orado.


Cuando Dios comenzó a matarlos, finalmente lo buscaron. Se arrepintieron y tomaron en serio a Dios.


Luego llámame cuando tengas problemas, y yo te rescataré, y tú me darás la gloria».


Solo reconoce tu culpa; admite que te has rebelado contra el Señor tu Dios y que cometiste adulterio contra él al rendir culto a ídolos debajo de todo árbol frondoso. Confiesa que rehusaste oír mi voz. ¡Yo, el Señor, he hablado!


A una imagen tallada en un trozo de madera le dicen: “Tú eres mi padre”. A un ídolo esculpido en un bloque de piedra le dicen: “Tú eres mi madre”. Me dan la espalda, pero durante tiempos difíciles me suplican: “¡Ven y sálvanos!”.


Cuando el señor de la casa haya cerrado la puerta, será demasiado tarde. Ustedes quedarán afuera llamando y rogando: “¡Señor, ábrenos la puerta!”, pero él contestará: “No los conozco ni sé de dónde vienen”.


Pero después el pueblo volverá y se dedicará al Señor su Dios y al descendiente de David, su rey. En los últimos días, temblarán de asombro ante el Señor y su bondad.


Entonces recordarán los pecados que cometieron en el pasado y se avergonzarán de ustedes mismos por todas las cosas detestables que hicieron.


Luego, cuando estén desterrados entre las naciones, se acordarán de mí. Reconocerán cuánto me duele la infidelidad de su corazón y la lujuria de sus ojos que anhelan a sus ídolos. Entonces, al fin, se odiarán a sí mismos por todos sus pecados detestables.


Te busco por la noche; en la mañana te busco de todo corazón. Pues solo cuando tú vengas a juzgar la tierra, la gente aprenderá lo correcto.


¡Miren! ¡Viene el Señor! Sale de su trono en el cielo y pisotea las cumbres de la tierra.


Cuando vengan con sus manadas y rebaños para ofrecer sacrificios al Señor, no lo encontrarán, porque él se ha apartado de ellos.


Recordarán todas las formas en que se contaminaron y se odiarán a sí mismos por el mal que hicieron.


Entonces la gloria del Señor se levantó de la ciudad y se detuvo sobre la montaña que está al oriente.


Entonces la gloria del Señor se elevó por encima de los querubines y se dirigió hacia la entrada del templo. El templo se llenó con esa nube de gloria y el atrio resplandeció con la gloria del Señor.


«Hijo de hombre —me dijo—, ¿ves lo que hacen? ¿Ves los pecados detestables que cometen los israelitas para sacarme de mi templo? ¡Pero ven y verás pecados aún más detestables que estos!».


¡Miren! El Señor viene del cielo para castigar a la gente de la tierra por sus pecados. La tierra no seguirá escondiendo a los asesinados; los sacará a la vista de todos.


«Este es mi lugar de descanso para siempre —dijo—; viviré aquí porque este es el hogar que he deseado.


Desacredítalos por completo hasta que se sometan a tu nombre, oh Señor.


Declarará a sus amigos: “Pequé y torcí la verdad, pero no valió la pena.


pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.


»Amo a todos los que me aman. Los que me buscan, me encontrarán.


Sísara, quien tenía novecientos carros de guerra hechos de hierro, oprimió a los israelitas sin piedad durante veinte años, hasta que el pueblo de Israel clamó al Señor por ayuda.


Y hablando entre ellos, dijeron: «Es obvio que estamos pagando por lo que le hicimos hace tiempo a José. Vimos su angustia cuando rogaba por su vida, pero no quisimos escucharlo. Por eso ahora tenemos este problema».


Así que el pueblo acudió a Moisés y clamó: «Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Pide al Señor que quite las serpientes». Así pues, Moisés oró por el pueblo.


Pues el Señor me ha dicho: «Observaré en silencio desde el lugar donde habito, tan silencioso como sube el calor en un día de verano, o como se forma el rocío de la mañana durante la cosecha».


»”Regresen a casa, ustedes, hijos descarriados —dice el Señor—, porque yo soy su amo. Los traeré de regreso a la tierra de Israel, uno de esta ciudad y dos de aquella familia, de todo lugar donde estén esparcidos.


«¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad, y él los rescató de su aflicción.


«¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad, y él los salvó de su aflicción.


«¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad, y él los salvó de su aflicción.


«¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad, y él los salvó de su aflicción.


En cambio, probemos y examinemos nuestros caminos y volvamos al Señor.


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