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Oseas 14:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Seré para Israel como un refrescante rocío del cielo. Israel florecerá como el lirio; hundirá sus raíces profundamente en la tierra como los cedros del Líbano.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Yo sanaré su infidelidad, los amaré con todo el corazón pues ya no estoy enojado con ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Seré para Israel como el rocío, Florecerá como el lirio, Y arraigará sus raíces como el Líbano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Sanaré su apostasía, los amaré de corazón, pues mi ira se apartó de ellos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.

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Oseas 14:5
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Así es, habrá abundancia de flores, de cantos y de alegría. Los desiertos se pondrán tan verdes como los montes del Líbano, tan bellos como el monte Carmelo o la llanura de Sarón. Allí el Señor manifestará su gloria, el esplendor de nuestro Dios.


Se acerca el tiempo cuando los descendientes de Jacob echarán raíces; ¡Israel brotará y florecerá, y llenará de fruto el mundo entero!


Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes.


»¿Y por qué preocuparse por la ropa? Miren cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni cosen su ropa;


Que haya grano en abundancia por toda la tierra; que brote aun en la cima de las colinas. Que los árboles frutales florezcan como los del Líbano y los habitantes crezcan como la hierba en el campo.


Pues soy como un árbol con raíces que llegan al agua, con ramas que se refrescan con el rocío.


Que mi enseñanza caiga sobre ustedes como lluvia; que mi discurso se asiente como el rocío. Que mis palabras caigan como lluvia sobre pastos suaves, como llovizna delicada sobre plantas tiernas.


Entonces el remanente que quedó en Israel ocupará su lugar entre las naciones. Será como rocío enviado por el Señor o como lluvia que cae sobre la hierba, la cual nadie puede controlar ni hacer que se detenga.


Pues derramaré agua para calmar tu sed y para regar tus campos resecos; derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición sobre tus hijos.


Pero los que mueren en el Señor vivirán; ¡sus cuerpos se levantarán otra vez! Los que duermen en la tierra se levantarán y cantarán de alegría. Pues tu luz que da vida descenderá como el rocío sobre tu pueblo, en el lugar de los muertos.


Pues el Señor me ha dicho: «Observaré en silencio desde el lugar donde habito, tan silencioso como sube el calor en un día de verano, o como se forma el rocío de la mañana durante la cosecha».


Que el gobierno del rey tenga la frescura de las lluvias de primavera sobre la hierba recién cortada, de los aguaceros que riegan la tierra.


Y ustedes, los que quedan en Judá, los que han escapado de los estragos del ataque, echarán raíces en su propio suelo, crecerán y prosperarán.


es como la luz de la mañana al amanecer, como una mañana sin nubes, como el brillar del sol sobre la hierba nueva después de la lluvia”.


»Miren cómo crecen los lirios. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su gloria se vistió tan hermoso como ellos.


Tus pechos son como dos cervatillos, los mellizos de una gacela que pastan entre los lirios.


Mi amado es mío, y yo soy suya. Él apacienta entre los lirios.


El enojo del rey es como el rugido del león, pero su favor es como el rocío sobre el pasto.


Limpiaste el terreno para nosotros, y echamos raíces y llenamos la tierra.


Pero los justos florecerán como palmeras y se harán fuertes como los cedros del Líbano;


La armonía es tan refrescante como el rocío del monte Hermón que cae sobre las montañas de Sion. Y allí el Señor ha pronunciado su bendición, incluso la vida eterna.


»Ábranse, oh cielos, y derramen su justicia. Que la tierra se abra de par en par, para que broten juntas la salvación y la justicia. Yo, el Señor, las he creado.


trasplantados a la casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios.


En aquel día, tú cantarás: «¡Te alabaré, oh Señor! Estabas enojado conmigo, pero ya no. Ahora me consuelas.


He visto lo que hacen, ¡pero aun así, los sanaré y los guiaré! Consolaré a los que se lamentan,


llevando palabras de alabanza a sus labios. Que tengan paz abundante, tanto cerca como lejos —dice el Señor que los sana—.


«Vuelvan a mí, hijos descarriados —dice el Señor—, y les sanaré el corazón extraviado». «Sí, ya vamos —responde el pueblo—, porque tú eres el Señor nuestro Dios.


Me gozaré en hacerles bien, y con fidelidad y de todo corazón los volveré a plantar en esta tierra.


¡Oh, si conociéramos al Señor! Esforcémonos por conocerlo. Él nos responderá, tan cierto como viene el amanecer o llegan las lluvias a comienzos de la primavera».


¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona la culpa del remanente y pasa por alto los pecados de su preciado pueblo? No seguirás enojado con tu pueblo para siempre, porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable.


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