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Oseas 13:13 - Biblia Nueva Traducción Viviente

13 El sufrimiento ha llegado al pueblo como dolores de parto, pero son como un bebé que se resiste a nacer. ¡El momento de nacer ha llegado, pero siguen en la matriz!

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Biblia Reina Valera 1960

13 Dolores de mujer que da a luz le vendrán; es un hijo no sabio, porque ya hace tiempo que no debiera detenerse al punto mismo de nacer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Le llegan los dolores de parto y el niño está listo para nacer; mas no sale, pues es un hijo tarado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Le vendrán dolores de parturienta; Él no es hijo prudente; No se colocó a tiempo a la hora del nacimiento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Dolores de parto le sobrevienen, pero es el parto de un hijo insensato: cuando llega la hora no sabe ponerse en la abertura del seno materno.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Dolores de mujer de parto le vendrán; es un hijo no sabio, que de otra manera no se detuviera tanto en el tiempo del nacimiento de los hijos.

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Oseas 13:13
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ellos le dijeron: «El rey Ezequías dice: “Hoy es un día de dificultad, insulto y deshonra. Es como cuando un niño está a punto de nacer, pero la madre no tiene fuerzas para dar a luz.


y todos se aterran. Les sobrevendrán punzadas de angustia, como las de una mujer que está de parto. Se miran unos a otros sin poder hacer nada, con el rostro encendido de miedo.


Como la mujer embarazada se retuerce y grita de dolor mientras da a luz, así estábamos en tu presencia, Señor.


El terror se apoderó de ellos y se retorcieron de dolor como una mujer en parto.


Ellos le dijeron: «El rey Ezequías dice: “Hoy es un día de dificultad, insulto y deshonra. Es como cuando un niño está a punto de nacer, pero la madre no tiene fuerzas para dar a luz.


Cuando la gente esté diciendo: «Todo está tranquilo y seguro», entonces le caerá encima la catástrofe tan repentinamente como le vienen los dolores de parto a una mujer embarazada; y no habrá escapatoria posible.


El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón avanza a ciegas y sufre las consecuencias.


Pues Dios dice: «En el momento preciso, te oí. En el día de salvación te ayudé». Efectivamente, el «momento preciso» es ahora. Hoy es el día de salvación.


Al razonar Pablo con ellos acerca de la justicia, el control propio y el día de juicio que vendrá, Félix se llenó de miedo. «Vete por ahora —le dijo—. Cuando sea más conveniente, volveré a llamarte».


Damasco se volvió débil, y toda la gente trató de huir. El miedo, la angustia y el dolor se han apoderado de ella como a una mujer en trabajo de parto.


Déjenme hacerles una pregunta: ¿Acaso los varones dan a luz? ¿Entonces por qué están parados allí con sus caras pálidas y con las manos apoyadas sobre el vientre como una mujer en parto?


Puede que sea lindo vivir en un palacio magnífico, recubierto con madera de cedros del Líbano, pero pronto gemirás con punzadas de angustia, angustia como la de una mujer con dolores de parto.


¿Qué dirás cuando el Señor tome a los aliados con los que cultivaste una relación y los designe como tus gobernantes? ¡Se apoderarán de ti punzadas de angustia como una mujer en dolores de parto!


Oigo gritos, como los de una mujer que está de parto, los gemidos de una mujer dando a luz a su primer hijo. Es la bella Jerusalén, que respira con dificultad y grita: «¡Socorro! ¡Me están matando!».


¿Llevaría yo a esta nación al punto de nacer para después no dejar que naciera? —pregunta el Señor—. ¡No! Nunca impediría que naciera esta nación», dice su Dios.


El estómago me duele y me arde de dolor; me dominan agudas punzadas de angustia, como las de una mujer en parto. Me desmayo cuando oigo lo que Dios se propone hacer: tengo demasiado miedo para mirar.


Será como una mujer que sufre dolores de parto, pero cuando nace su hijo, su angustia se transforma en alegría, porque ha traído una nueva vida al mundo.


¿Es así como le pagas al Señor, pueblo necio y sin entendimiento? ¿No es él tu Padre, quien te creó? ¿Acaso no te formó y te estableció?


Tus acciones no te permiten volver a tu Dios. Eres prostituta hasta la médula y no conoces al Señor.


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