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Oseas 12:10 - Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Yo envié a mis profetas para advertirte con numerosas visiones y parábolas».

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Yo, Yavé, que soy tu Dios desde Egipto, te haré vivir de nuevo en tiendas de campaña, como en aquellos días del Encuentro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Porque he hablado a los profetas, he multiplicado las visiones, Y mediante los profetas propondré parábolas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Pero yo soy Yahveh, tu Dios desde el país de Egipto; todavía te haré habitar en tiendas como en los días de encuentro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y he hablado a los profetas, y yo aumenté la profecía, y por medio de los profetas puse semejanzas.

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Oseas 12:10
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Una y otra vez el Señor envió a sus profetas y videntes para dar a Israel y a Judá la siguiente advertencia: «Apártense de sus malos caminos. Obedezcan mis mandatos y decretos, es decir, toda la ley que les ordené a sus antepasados que obedecieran y que les di a ustedes a través de mis siervos, los profetas».


Entonces dije: «Oh Señor Soberano, ¡la gente anda diciendo de mí: “Él solo habla en enigmas!”».


»Entonces, después de hacer todas esas cosas, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes tendrán visiones.


Esto me dijo el Señor: «Ve y compra una vasija de barro. Después pide a algunos de los líderes de tu pueblo y a los sacerdotes que te sigan.


Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto hasta ahora, no he dejado de enviarles a mis siervos, los profetas, día tras día;


aun cuando he recibido de Dios revelaciones tan maravillosas. Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso.


Mi jactancia no servirá de nada, sin embargo, debo seguir adelante. A mi pesar contaré acerca de visiones y revelaciones que provienen del Señor.


“En los últimos días —dice Dios—, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus jóvenes tendrán visiones, y sus ancianos tendrán sueños.


Pero Amós contestó: —No soy profeta profesional ni fui entrenado para serlo. No soy más que un pastor de ovejas y cultivador de las higueras sicómoros.


Entonces el Señor me dijo: «Ve y ama otra vez a tu esposa, aun cuando ella comete adulterio con un amante. Esto ilustrará que el Señor aún ama a Israel, aunque se haya vuelto a otros dioses y le encante adorarlos».


»Una y otra vez, el Señor les ha enviado a sus siervos, los profetas, pero ustedes no escucharon ni prestaron atención.


»Jeremías, rompe en pedazos a la vista de estos hombres la vasija que trajiste.


En tu amor fuiste paciente con ellos durante muchos años. Enviaste tu Espíritu, quien les advertía por medio de los profetas. ¡Pero aun así no quisieron escuchar! Entonces nuevamente permitiste que los pueblos de la tierra los conquistaran;


—He servido con gran celo al Señor Dios Todopoderoso —respondió Elías—; pero el pueblo de Israel ha roto su pacto contigo, derribó tus altares y mató a cada uno de tus profetas. Yo soy el único que queda con vida, y ahora me buscan para matarme a mí también.


Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».


Por mandato del Señor, un hombre de Dios de la región de Judá fue a Betel y llegó en el momento que Jeroboam se acercaba al altar para quemar incienso.


y el Señor les habló: «Escuchen lo que voy a decir: »Si hubiera profetas entre ustedes, yo, el Señor, me revelaría en visiones; les hablaría en sueños.


«Hijo de hombre, propón este enigma y cuenta este relato a los israelitas.


«Yo soy el Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo.


Durante siete días deberás vivir en pequeñas enramadas. Todos los israelitas de nacimiento deberán vivir en enramadas.


«He sido el Señor tu Dios desde que te saqué de Egipto. No debes reconocer a ningún otro Dios aparte de mí, porque no hay otro salvador.


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