8 Estas ciudades las tomarán de las propiedades del pueblo de Israel. Las tribus más grandes darán más ciudades a los levitas, mientras que las tribus más pequeñas darán menos. Cada tribu dará terreno en proporción al tamaño de la tierra que recibió».
8 Y en cuanto a las ciudades que diereis de la heredad de los hijos de Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho, y del que tiene poco tomaréis poco; cada uno dará de sus ciudades a los levitas según la posesión que heredará.
8 Estas ciudades se tomarán de la herencia de los hijos de Israel, tomando más del que tiene más, y menos del que tiene menos; cada tribu dará ciudades a los levitas en proporción a la herencia que le haya tocado.
8 Las ciudades que daréis provendrán de la propiedad de los hijos de Israel. Del que tiene mucho tomaréis mucho, y del que tiene poco tomaréis poco. Cada uno cederá de sus ciudades para los levitas en proporción de la propiedad que haya heredado.°
8 Las ciudades que habéis de ceder de la propiedad de los restantes israelitas las tomaréis en mayor número de los que tengan más y en menor número de los que tengan menos. Cada uno cederá de sus ciudades para los levitas en proporción a la heredad que haya recibido'.
8 Y las ciudades que diereis de la heredad de los hijos de Israel, del que mucho tomaréis mucho, y del que poco tomaréis poco; cada uno dará de sus ciudades a los levitas según la posesión que heredará.
Repartan la tierra entre los clanes por sorteo sagrado, en proporción a su tamaño. A los clanes más grandes se les entregará una porción más grande de tierra y a los clanes más pequeños, una porción menor. La decisión del sorteo sagrado es definitiva. De esta manera se hará la repartición de las porciones de tierra entre sus tribus patriarcales.
Da una mayor porción de tierra a las tribus más numerosas y una menor a las más pequeñas, de modo que cada una reciba una porción de tierra en proporción al tamaño de su población.
Pero cuando lo midieron, cada uno tenía lo justo y necesario. A los que recogieron mucho, nada les sobraba, y a los que recogieron solo un poco, nada les faltaba. Cada familia tuvo justo lo que necesitaba.
Maldito sea su enojo, porque es feroz; maldita sea su ira, porque es cruel. Los esparciré entre los descendientes de Jacob; los dispersaré por todo Israel.
Los levitas incluso abandonaron sus pastizales y sus propiedades y se trasladaron a Judá y a Jerusalén, porque Jeroboam y sus hijos no les permitían servir al Señor como sacerdotes.