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Números 31:28 - Biblia Nueva Traducción Viviente

28 De lo que le pertenece al ejército, entreguen primero la porción del botín que le corresponde al Señor: uno de cada quinientos prisioneros, así como del ganado, de los burros, de las ovejas y de las cabras.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra que salieron a la guerra; de quinientos, uno, así de las personas como de los bueyes, de los asnos y de las ovejas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Reserva como ofrenda para Yavé, de la parte de los combatientes que fueron a la guerra, uno por cada quinientos, sean hombres, bueyes, burros y ovejas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Y como tributo de los guerreros salidos a la batalla, apartarás para YHVH un alma de cada quinientas, así de hombres como del ganado vacuno, de asnos, y de ganado menor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 De la parte de los combatientes que han ido a la guerra, apartarás como tributo a Yahveh uno de cada quinientos, así de los hombres como del ganado mayor, de los asnos y del ganado menor.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra, que salieron a la batalla; un alma de cada quinientos, así de las personas como de los bueyes, de los asnos, y de las ovejas:

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Números 31:28
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

«Da las siguientes instrucciones a los levitas: cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he asignado como su porción, entreguen una décima parte de ellos —un diezmo de los diezmos— al Señor como ofrenda sagrada.


De la mitad entregada al pueblo, Moisés tomó uno de cada cincuenta prisioneros y animales y los dio a los levitas que cuidaban el tabernáculo del Señor. Todo se realizó como el Señor le había ordenado a Moisés.


De la mitad que pertenece al pueblo de Israel, toma uno de cada cincuenta de los prisioneros y del ganado, de los burros, de las ovejas, de las cabras y otros animales. Entrega esta porción a los levitas, que están encargados del cuidado del tabernáculo del Señor».


—Al César —contestaron. —Bien —dijo—, entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios.


Son barcos de los confines de la tierra, de países que confían en mí, con los grandes barcos de Tarsis a la cabeza. Traen al pueblo de Israel de regreso a su hogar desde muy lejos, transportando su plata y su oro. Honrarán al Señor tu Dios, al Santo de Israel, porque él te ha llenado de esplendor.


Sin embargo, al final, sus ganancias le serán entregadas al Señor. Sus riquezas no serán acumuladas, sino que darán buenos alimentos y vestidos de buena calidad a los sacerdotes del Señor.


En aquel tiempo, el Señor de los Ejércitos Celestiales recibirá obsequios de esa tierra dividida por ríos, de ese pueblo de gente alta y de piel suave, temido en todas partes por sus conquistas y destrucción. Llevarán obsequios a Jerusalén, donde habita el Señor de los Ejércitos Celestiales.


El rey David dedicó todos estos regalos al Señor, junto con el oro y la plata que había traído de las otras naciones: de Edom, de Moab, de Amón, de Filistea y de Amalec.


Luego los israelitas quemaron la ciudad y todo lo que había en ella. Solo conservaron las cosas hechas de plata, de oro, de bronce y de hierro para el tesoro de la casa del Señor.


Todo lo que esté hecho de plata, de oro, de bronce o de hierro pertenece al Señor y por eso es sagrado, así que colóquenlo en el tesoro del Señor».


En cuanto a la tribu de Leví, tus parientes, los recompensaré por su servicio en el tabernáculo. En lugar de una asignación de tierra, les daré los diezmos de toda la tierra de Israel.


Y bendito sea Dios Altísimo, que derrotó a tus enemigos por ti». Luego Abram dio a Melquisedec una décima parte de todos los bienes que había recuperado.


Esta porción de lo que le corresponde al ejército, entrégasela al sacerdote Eleazar como ofrenda al Señor.


pero desde ese día, los hizo cortar la leña y llevar el agua para la comunidad de Israel y el altar del Señor, donde fuere que el Señor eligiera construirlo. Y a eso se dedican hasta el día de hoy.


Ese día sacrificaron al Señor setecientas cabezas de ganado y siete mil ovejas y cabras del botín que habían tomado en la batalla.


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