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Nehemías 9:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »Solo tú eres el Señor. Tú hiciste el firmamento, los cielos y todas las estrellas; hiciste la tierra, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú los preservas a todos, y los ángeles del cielo te adoran.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¡Tú, Yavé, eres el Unico! Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y todo cuanto contienen, la tierra y todo lo que tiene, los mares y cuanto hay en ellos; tú das la vida a todos, y ante ti se postra el ejército de los cielos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 ¡Tú solo eres YHVH! Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y toda su hueste, la tierra y cuanto hay en ella, los mares y todo lo que contienen. Tú das vida a todo ello, y las huestes de los cielos se postran ante ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Y Esdras dijo: '¡Tú eres Yahveh! ¡Tú el único! Tú has hecho los cielos, los cielos de los cielos y todo su ejército, la tierra y cuanto hay en ella, los mares y cuanto en ellos hay. Tú das vida a todo ello, y el ejército de los cielos se postra ante ti.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Tú, sólo tú eres Jehová; tú hiciste el cielo, el cielo de los cielos y todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú has preservado todas estas cosas, y el ejército del cielo te adora.

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Nehemías 9:6
43 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

«¡Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel, tú estás entronizado entre los poderosos querubines! Solo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Solo tú creaste los cielos y la tierra.


En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.


«Tú eres digno, oh Señor nuestro Dios, de recibir gloria y honor y poder. Pues tú creaste todas las cosas, y existen porque tú las creaste según tu voluntad».


»Mira, los cielos más altos, y la tierra y todo lo que hay en ella pertenecen al Señor tu Dios.


»¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor.


No tiemblen; no tengan miedo. ¿Acaso no proclamé mis propósitos para ustedes hace mucho tiempo? Ustedes son mis testigos: ¿hay algún otro Dios? ¡No! No hay otra Roca, ni una sola».


Esto dice el Señor, el Rey y Redentor de Israel, el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Yo soy el Primero y el Último; no hay otro Dios.


En presencia del Señor, el rey hizo la siguiente oración: «¡Oh Señor, Dios de Israel, tú estás entronizado entre los poderosos querubines! Solo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Solo tú creaste los cielos y la tierra.


Así quedó terminada la creación de los cielos y de la tierra, y de todo lo que hay en ellos.


«Pero tú eres mi testigo, oh Israel —dice el Señor—. Tú eres mi siervo. Tú has sido escogido para conocerme, para creer en mí y comprender que solo yo soy Dios. No hay otro Dios; nunca lo hubo y nunca lo habrá.


«Teman a Dios —gritaba—. Denle gloria a él, porque ha llegado el tiempo en que ocupe su lugar como juez. Adoren al que hizo los cielos, la tierra, el mar y todos los manantiales de agua».


Tu rectitud es como las poderosas montañas, tu justicia, como la profundidad de los océanos. Tú cuidas de la gente y de los animales por igual, oh Señor.


»¿Pero es realmente posible que Dios habite en la tierra? Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!


El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo.


Además, cuando trajo a su Hijo supremo al mundo, Dios dijo: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios».


Ahora, oh Señor nuestro Dios, rescátanos de su poder; así todos los reinos de la tierra sabrán que solo tú, oh Señor, eres Dios».


Pues tú eres grande y haces obras maravillosas; solo tú eres Dios.


Ahora, oh Señor nuestro Dios, rescátanos de su poder; así todos los reinos de la tierra sabrán que solo tú, oh Señor, eres Dios».


Allí les di mis decretos y ordenanzas para que al ponerlos en práctica encontraran vida.


Él hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. Él cumple todas sus promesas para siempre.


¡Sí, alaben al Señor, ejércitos de ángeles que le sirven y hacen su voluntad!


El Señor tan solo habló y los cielos fueron creados. Sopló la palabra, y nacieron todas las estrellas.


Micaías continuó diciendo: —¡Escucha lo que dice el Señor! Vi al Señor sentado en su trono, rodeado por todos los ejércitos del cielo, a su derecha y a su izquierda.


Al verlos, Jacob exclamó: «¡Este es el campamento de Dios!». Por eso llamaron a aquel lugar Mahanaim.


Cuando los creyentes oyeron las noticias, todos juntos alzaron sus voces en oración a Dios: «Oh Señor Soberano, Creador del cielo y de la tierra, del mar y de todo lo que hay en ellos,


Luego los jefes de los levitas —Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías— llamaron al pueblo: «¡Levántense y alaben al Señor su Dios, porque él vive desde la eternidad hasta la eternidad!». Entonces oraron: «¡Que tu glorioso nombre sea alabado! ¡Que sea exaltado por sobre toda bendición y alabanza!


¿Quién es el Rey de gloria? El Señor de los Ejércitos Celestiales, él es el Rey de gloria. Interludio


Hace mucho tiempo echaste los cimientos de la tierra y con tus manos formaste los cielos.


Que sean bendecidos por el Señor, quien hizo los cielos y la tierra.


Yo soy el que hizo la tierra y creó a la gente para que viviera en ella. Con mis manos extendí los cielos; todas las estrellas están a mis órdenes.


—Soy hebreo —contestó Jonás— y temo al Señor, Dios del cielo, quien hizo el mar y la tierra.


Entonces Dios dijo: «Que las aguas debajo del cielo se junten en un solo lugar, para que aparezca la tierra seca»; y eso fue lo que sucedió.


¡Miren ahora, yo mismo soy Dios! ¡No hay otro dios aparte de mí! Yo soy el que mata y el que da vida; soy el que hiere y el que sana. ¡Nadie puede ser librado de mi mano poderosa!


Nuestra ayuda viene del Señor, quien hizo el cielo y la tierra.


«¡Oh Señor Soberano! Hiciste los cielos y la tierra con tu mano fuerte y tu brazo poderoso. ¡Nada es demasiado difícil para ti!


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