70 Algunos de los jefes de familia dieron ofrendas para la obra. El gobernador entregó a la tesorería 1000 monedas de oro, 50 tazones de oro y 530 túnicas para los sacerdotes.
70 Y algunos de los cabezas de familias dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.
70 Y algunos cabezas de las casas paternas aportaron para la obra: El gobernador dio al tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta túnicas sacerdotales.
70 Y algunos de los príncipes de las familias dieron para la obra. El Tirsata dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.
Luego Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que interpretaban para el pueblo dijeron: «¡No se lamenten ni lloren en un día como este! Pues hoy es un día sagrado delante del Señor su Dios». Pues todo el pueblo había estado llorando mientras escuchaba las palabras de la ley.
El capitán de la guardia también se llevó los cuencos pequeños, los recipientes para quemar incienso, los tazones, los calderos, los candelabros, los cucharones y las copas utilizadas para las ofrendas líquidas, y todos los demás objetos de oro puro o de plata.
El gobernador les dijo que no comieran de la porción de los sacrificios que correspondía a los sacerdotes hasta que un sacerdote pudiera consultar al Señor sobre ese asunto por medio del Urim y el Tumim, o sea, el sorteo sagrado.
Huram-abí también hizo los lavamanos, las palas y los tazones que se necesitaban. Finalmente Huram-abí terminó todo el trabajo que el rey Salomón le había asignado que hiciera para el templo de Dios:
También hizo diez mesas y las colocó en el templo, cinco a lo largo de la pared sur y cinco a lo largo de la pared norte. Luego moldeó cien tazones de oro.
David también indicó la cantidad de oro para los ganchos de oro macizo utilizados para manejar la carne de los sacrificios y para los tazones, las jarras y la vajilla, así como la cantidad de plata para cada uno de los platos.
y los recipientes para la ceniza, las palas y los tazones. Huram hizo todos estos objetos de bronce bruñido para el templo del Señor, tal como le había indicado el rey Salomón.
Dejen escurrir la sangre en una vasija, después tomen un manojo de ramas de hisopo y mójenlo en la sangre. Con el hisopo unten la sangre en la parte superior y en ambos lados del marco de la puerta de sus casas. Que nadie salga de la casa hasta la mañana,