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Nehemías 6:16 - Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Cuando se enteraron nuestros enemigos y las naciones vecinas, se sintieron aterrorizados y humillados. Se dieron cuenta de que esta obra se había realizado con la ayuda de nuestro Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Cuando nuestros enemigos supieron eso, todas las naciones que están alrededor de nosotros tuvieron miedo y se acobardaron. Tuvieron que reconocer en eso la obra de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y cuando todos nuestros enemigos lo supieron, sucedió que todas las naciones vecinas tuvieron temor y se sintieron humilladas, porque reconocieron que este trabajo era obra de nuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Cuando todos nuestros enemigos lo supieron, toda la gente de nuestro entorno quedó maravillada y reconocieron que esta obra había sido realizada gracias a nuestro Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Y sucedió que cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban en nuestros alrededores, y se sintieron muy humillados ante sus propios ojos, y conocieron que esta obra había sido hecha por nuestro Dios.

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Nehemías 6:16
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cuando todos los reyes amorreos al occidente del Jordán y todos los reyes cananeos que vivían a lo largo de la costa del mar Mediterráneo oyeron cómo el Señor había secado el río Jordán para que el pueblo de Israel pudiera cruzar, se desanimaron y quedaron paralizados de miedo a causa de los israelitas.


Nos llenamos de risa y cantamos de alegría. Y las otras naciones dijeron: «Cuántas maravillas ha hecho el Señor por ellos».


Sin embargo, cuando Sanbalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los asdodeos se enteraron de que la obra progresaba y que se estaban reparando las brechas en la muralla de Jerusalén, se enfurecieron.


Cuando Sanbalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se enojó muchísimo. Se puso furioso y se burló de los judíos,


Ahora bien, cuando Sanbalat, el horonita, y Tobías, el oficial amonita, se enteraron de mi llegada, se molestaron mucho porque alguien había venido para ayudar al pueblo de Israel.


»Así que mi consejo es que dejen a esos hombres en paz. Pónganlos en libertad. Si ellos están planeando y actuando por sí solos, pronto su movimiento caerá;


Ninguna maldición puede tocar a Jacob; ninguna magia ejerce poder alguno contra Israel. Pues ahora se dirá de Jacob: “¡Qué maravillas ha hecho Dios por Israel!”.


Torció las ruedas de los carros para que les resultara difícil manejarlos. «¡Salgamos de aquí, alejémonos de los israelitas! —gritaban los egipcios—. ¡El Señor está luchando por ellos en contra de Egipto!».


Durante esos cincuenta y dos días, circularon muchas cartas entre Tobías y los nobles de Judá.


¡Entonces esta ciudad me traerá gozo, gloria y honra ante todas las naciones de la tierra! ¡Ellas verán todo el bien que hago a mi pueblo y temblarán de asombro al ver la paz y prosperidad que le doy!


—Sé que el Señor les ha dado esta tierra. Todos tenemos miedo de ustedes. Cada habitante de esta tierra vive aterrorizado.


¡No es extraño que nuestro corazón esté lleno de temor! A nadie le queda valor para pelear después de oír semejantes cosas. Pues el Señor su Dios es el Dios supremo arriba, en los cielos, y abajo, en la tierra.


Haz que vean que esto proviene de ti, que tú mismo lo has hecho, Señor.


Que todos los que odian a Jerusalén retrocedan en vergonzosa derrota.


El Señor reconstruye a Jerusalén y trae a los desterrados de vuelta a Israel.


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