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Nehemías 2:17 - Biblia Nueva Traducción Viviente

17 pero ahora les dije: —Ustedes saben muy bien las dificultades en que estamos. Jerusalén yace en ruinas y sus puertas fueron destruidas por fuego. ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y pongamos fin a esta desgracia!

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Biblia Reina Valera 1960

17 Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Pero entonces les dije: 'Fíjense en la miseria en que estamos, Jerusalén está en ruinas y sus puertas están quemadas. Vamos, tenemos que reconstruir la muralla de Jerusalén para que dejen de burlarse de nosotros'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Entonces les dije: Vosotros veis el mal en que estamos, cómo Jerusalem está destruida y sus puertas devastadas por el fuego. ¡Venid y reedifiquemos el muro de Jerusalem, y no estemos más en oprobio!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Luego les dije: 'Vosotros mismos veis la triste situación en que nos hallamos: Jerusalén está en ruinas y sus puertas han sido consumidas por el fuego. Vamos a reconstruir la muralla de Jerusalén. ¡No seamos ya más objeto de oprobio!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no seamos más oprobio.

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Nehemías 2:17
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»Así que te convertiré en ruinas, en una burla ante los ojos de las naciones vecinas y de todos los que pasen por allí.


Me dijeron: «Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego».


Nuestros vecinos se mofan de nosotros; somos objeto de desprecio y desdén de quienes nos rodean.


Se me destroza el corazón por el destino de todas las mujeres de Jerusalén.


El Señor ha destruido sin misericordia todas las casas en Israel. En su enojo derribó las murallas protectoras de la bella Jerusalén. Las derrumbó hasta el suelo y deshonró al reino y a sus gobernantes.


Los haré objeto de horror y un símbolo de maldad para todas las naciones de la tierra. En todos los lugares donde yo los disperse, serán objetos de desprecio y de burla. Los maldecirán y se mofarán de ellos.


Oh Señor, multiplica siete veces tu venganza contra nuestros vecinos por la burla que han lanzado contra ti.


Permites que nuestros vecinos se burlen de nosotros; somos objeto de desprecio y desdén de quienes nos rodean.


—Está bien —dijo Nahas—, pero con una sola condición. ¡Le sacaré el ojo derecho a cada uno de ustedes para deshonrar a todo Israel!


Salí por la puerta del Valle cuando ya había oscurecido y pasé por el pozo del Chacal hacia la puerta del Estiércol para inspeccionar las murallas caídas y las puertas quemadas.


Los funcionarios de la ciudad no supieron de mi salida ni de lo que hice, porque aún no le había dicho nada a nadie sobre mis planes. Todavía no había hablado con los líderes judíos: los sacerdotes, los nobles, los funcionarios, ni con ningún otro en la administración;


La puerta de la Fuente la reparó Salum, hijo de Col-hoze, jefe del distrito de Mizpa. Él la reedificó, la techó, levantó las puertas e instaló sus cerrojos y barras. Luego reparó la muralla del estanque de Siloé cerca del jardín del rey y reconstruyó la muralla hasta las escaleras que descienden de la Ciudad de David.


Pues éramos esclavos pero, en su amor inagotable, nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud. Por el contrario, hizo que los reyes de Persia nos trataran favorablemente. Él nos dio nuevas fuerzas, para que pudiéramos reconstruir el templo de nuestro Dios y reparar las ruinas. Nos dio una muralla de protección en Judá y en Jerusalén.


Nos has hecho el blanco de sus bromas; menean la cabeza ante nosotros en señal de desprecio.


Entonces las naciones temblarán ante el Señor; los reyes de la tierra temblarán ante su gloria.


En aquel día, Israel, tus ciudades serán reconstruidas y tus fronteras se extenderán.


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