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Nahúm 3:7 - Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Todos los que te vean se alejarán de ti y dirán: “Nínive yace en ruinas. ¿Dónde están los que lloran por ella?”. ¿Lamenta alguien tu destrucción?».

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Biblia Reina Valera 1960

7 Todos los que te vieren se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 y todo el que te vea, huirá de ti. Dirán: 'Asolada está Nínive, ¿quién tendrá piedad de ella? ¿Dónde buscar quién la consuele?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Los que te vean huirán de ti, diciendo: ¡Nínive ha sido destruida! ¿Quién se compadecerá de ella? ¿Dónde hallar quien la consuele?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Por eso quien te vea huirá de ti, diciendo: '¡Nínive ha sido destruida! ¿Quién le tendrá compasión? ¿Dónde poder hallar quien la consuele?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y será que todos los que te vieren, se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada: ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?

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Nahúm 3:7
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén? ¿Quién llorará por ti? ¿Quién se tomará la molestia de preguntar cómo estás?


Estas dos calamidades te han ocurrido: la desolación y la destrucción, el hambre y la guerra. Y ¿quién ha quedado para compadecerse de ti? ¿Quién ha quedado para consolarte?


Aterrorizados por su gran tormento, los reyes del mundo se mantendrán a distancia y clamarán: «¡Qué terrible, qué terrible para ti, oh Babilonia, tú, gran ciudad! En un solo instante el juicio de Dios cayó sobre ti».


¿Qué puedo decir de ti? ¿Quién ha visto alguna vez semejante dolor? Oh hija de Jerusalén, ¿con qué puedo comparar tu angustia? Oh hija virgen de Sion, ¿cómo puedo consolarte? Pues tu herida es tan profunda como el mar. ¿Quién puede sanarte?


La habríamos ayudado si hubiéramos podido, pero ya nada se puede hacer por ella. Déjenla ir; abandónenla. Regresen ahora a su propio país. Pues su castigo llega hasta los cielos; es tan grande que no se puede medir.


y toda la gente que los rodeaba huyó cuando oyeron sus gritos. «¡La tierra nos tragará a nosotros también!», exclamaron.


Este mensaje sobre Nínive vino como una visión a Nahúm, que vivía en Elcos.


Por lo tanto, esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: «Ahora, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra de la misma manera que castigué al rey de Asiria.


Con su puño, el Señor golpeará a las tierras del norte y así destruirá a la tierra de Asiria. Hará de Nínive, su gran capital, una desolada tierra baldía, reseca como un desierto.


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