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Miqueas 6:7 - Biblia Nueva Traducción Viviente

7 ¿Debemos ofrecerle miles de carneros y diez mil ríos de aceite de oliva? ¿Debemos sacrificar a nuestros hijos mayores para pagar por nuestros pecados?

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Biblia Reina Valera 1960

7 ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 ¿O le gustarán miles de carneros y torrentes de aceite? ¿O será necesario que sacrifique a mi hijo mayor para pagar mi culpa, al fruto de mis entrañas por mi pecado?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 ¿Aceptará YHVH millares de carneros O miríadas de arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, El fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 ¿Querrá, acaso, Yahveh millares de carneros, miríadas de torrentes de aceite? ¿Entregaré a mi primogénito por mi rebeldía al fruto de mis entrañas por mi personal pecado?'

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 ¿Se agradará Jehová con millares de carneros, o con diez mil ríos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por la transgresión de mi alma?

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Miqueas 6:7
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En cambio, siguió el ejemplo de los reyes de Israel, hasta sacrificó a su propio hijo en el fuego. De esta manera, siguió las prácticas detestables de las naciones paganas que el Señor había expulsado de la tierra del paso de los israelitas.


Tú no deseas sacrificios; de lo contrario, te ofrecería uno. Tampoco quieres una ofrenda quemada.


Pero Samuel respondió: —¿Qué es lo que más le agrada al Señor: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.


Quiero que demuestren amor, no que ofrezcan sacrificios. Más que ofrendas quemadas, quiero que me conozcan.


Han edificado santuarios paganos en Tofet, el basurero en el valle de Ben-hinom, donde queman a sus hijos y a sus hijas en el fuego. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa!


Pero no necesito los toros de tus establos ni las cabras de tus corrales.


Después el rey profanó el altar de Tofet en el valle de Ben-hinom, a fin de que nunca más nadie lo usara para sacrificar a un hijo o una hija en el fuego como ofrenda a Moloc.


Manasés también sacrificó a su propio hijo en el fuego. Practicó la hechicería, la adivinación y consultó a los médiums y a los videntes. Hizo muchas cosas perversas a los ojos del Señor y con eso provocó su enojo.


Después el rey de Moab tomó a su hijo mayor, el heredero al trono, y lo sacrificó como una ofrenda quemada sobre la muralla. En consecuencia, hubo un gran enojo contra Israel y los israelitas se retiraron y regresaron a su tierra.


Toda la madera de los bosques del Líbano y todos los animales del Líbano no serían suficientes para presentar una ofrenda quemada digna de nuestro Dios.


»No permitas que ninguno de tus hijos sea ofrecido como sacrificio a Moloc, pues no debes traer vergüenza al nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.


Te lo envío de vuelta, y con él va mi propio corazón.


No aceptaré sus ofrendas quemadas ni sus ofrendas de grano. Ni siquiera prestaré atención a sus ofrendas selectas de paz.


Ellas han cometido adulterio y homicidio: adulterio al rendir culto a ídolos y homicidio al quemar en sacrificio a los hijos que me habían dado.


Han construido altares paganos a Baal y allí queman a sus hijos en sacrificio a Baal. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa!


Mis pasos se bañaban en crema y las rocas me derramaban aceite de oliva.


Cuando volvió a su casa, su padre cumplió el voto que había hecho, y ella murió virgen. Así que se hizo costumbre en Israel


yo entregaré al Señor al primero que salga de mi casa para recibirme cuando regrese triunfante. Lo sacrificaré como ofrenda quemada».


El Señor detesta el sacrificio de los perversos, pero se deleita con las oraciones de los íntegros.


Al Señor le agrada más cuando hacemos lo que es correcto y justo que cuando le ofrecemos sacrificios.


Estas son las visiones que tuvo Isaías, hijo de Amoz, acerca de Judá y Jerusalén durante los años en que Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías eran reyes de Judá.


Cuando vengan con sus manadas y rebaños para ofrecer sacrificios al Señor, no lo encontrarán, porque él se ha apartado de ellos.


Mira a Sion con tu favor y ayúdala; reconstruye las murallas de Jerusalén.


Es inútil ofrecerme el incienso dulce de Saba. ¡Guárdense su cálamo aromático importado de tierras lejanas! No aceptaré sus ofrendas quemadas; sus sacrificios no tienen ningún aroma agradable para mí».


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