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Miqueas 1:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 «Así que, yo, el Señor, haré de la ciudad de Samaria un montón de escombros. Sus calles serán aradas para plantar viñedos. Haré rodar las piedras de sus paredes hacia el valle hasta dejar al descubierto sus cimientos.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Haré, pues, de Samaria montones de ruinas, y tierra para plantar viñas; y derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus cimientos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Convertiré a Samaria en un campo cubierto de escombros, que no sirve más que para viñas. Echaré a rodar sus piedras por el valle y así quedarán a la vista sus cimientos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Pues Yo haré de Samaria una ruina, un campo para plantar viñas; Haré rodar sus piedras por el valle y dejaré al descubierto sus cimientos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Por eso, yo haré de Samaría un montón de piedras, una plantación de viñas; esparciré por el valle sus piedras y pondré al desnudo sus cimientos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Haré pues, de Samaria un montón de ruinas, tierra de viñas; y derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus fundamentos.

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Miqueas 1:6
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Derribaré su muro hasta los cimientos y cuando caiga los aplastará a ustedes. Entonces sabrán que yo soy el Señor.


Por causa de ustedes, el monte Sion quedará arado como un campo abierto; ¡Jerusalén será reducida a escombros! Un matorral crecerá en las cumbres, donde ahora se encuentra el templo.


¡Cómo perdió su brillo el oro! Hasta el oro más preciado se volvió opaco. ¡Las piedras preciosas sagradas yacen esparcidas en las calles!


»”Pero ¿acaso no has oído? Yo lo decidí hace mucho tiempo. Hace mucho que lo planifiqué, y ahora lo llevo a cabo. Yo determiné que tú aplastaras ciudades fortificadas y las redujeras a un montón de escombros.


Pero él les respondió: «¿Ven todos esos edificios? Les digo la verdad, serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra!».


Saliste a rescatar a tu pueblo elegido, a salvar a tus ungidos. Aplastaste las cabezas de los perversos y descarnaste sus huesos de pies a cabeza.


Pisotean a los pobres, robándoles el grano con impuestos y rentas injustas. Por lo tanto, aunque construyan hermosas casas de piedra, nunca vivirán en ellas. Aunque planten viñedos exuberantes, nunca beberán su vino.


El pueblo de Samaria debe sufrir las consecuencias de su culpa porque se rebeló contra su Dios. Un ejército invasor los matará; a sus niños los estrellarán contra el suelo hasta matarlos, y a las embarazadas las abrirán con espadas».


y Babilonia se convertirá en un montón de ruinas, frecuentada por chacales. Será objeto de horror y menosprecio, un lugar donde no vive nadie.


«¡Mira, oh poderosa montaña, destructora de la tierra! Yo soy tu enemigo —dice el Señor—. Levantaré mi puño contra ti, para derribarte desde las cumbres. Cuando termine contigo, no serás más que un montón de escombros quemados.


«Haré de Jerusalén un montón de ruinas —dice el Señor—, y será un lugar frecuentado por chacales. Las ciudades de Judá serán abandonadas, y nadie vivirá en ellas».


Las altas murallas de Moab serán demolidas, derribadas al suelo, echadas al polvo.


Tú conviertes ciudades poderosas en montones de ruinas; ciudades con murallas fuertes se convierten en escombros. Hermosos palacios en tierras lejanas desaparecen y jamás serán reconstruidos.


Y si David llegara a escapar a una ciudad, tú tendrás a todo Israel allí a tu mando. Luego podremos tomar sogas y arrastrar las murallas de la ciudad al valle más cercano, hasta que cada piedra haya sido derribada.


Recibí este mensaje acerca de Damasco: «¡Miren! ¡La ciudad de Damasco desaparecerá! Se convertirá en un montón de escombros.


De nuevo plantarás tus viñedos sobre las montañas de Samaria y allí comerás de tus propios huertos.


Durante el cuarto año del reinado de Ezequías, que era el séptimo año del reinado de Oseas en Israel, Salmanasar, rey de Asiria, atacó la ciudad de Samaria y comenzó a sitiarla.


Tres años después, durante el sexto año del reinado de Ezequías y el noveno año del reinado de Oseas en Israel, Samaria cayó.


El Señor Soberano ha jurado por su propio nombre y esto es lo que dice el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales: «Desprecio la arrogancia de Israel y odio sus fortalezas. Entregaré esta ciudad a sus enemigos junto con todo lo que hay en ella».


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