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Miqueas 1:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¿Y por qué sucede esto? Es a causa de la rebelión de Israel, sí, por los pecados de toda la nación. ¿Quién es culpable de la rebelión de Israel? ¡Samaria, su ciudad capital! ¿Dónde está el centro de la idolatría en Judá? ¡En Jerusalén, su capital!

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Biblia Reina Valera 1960

5 Todo esto por la rebelión de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Y cuáles son los lugares altos de Judá? ¿No es Jerusalén?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Jacob es el culpable de todo esto, y los hijos de Israel con sus pecados. ¿Cuál es el delito de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Cuál es el pecado de Judá? ¿No es Jerusalén?

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Todo por la transgresión de Jacob, todo por los pecados de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? No puede ser sino Samaria. ¿Y cuáles son los altos de Judá? No puede ser sino Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Todo esto, por la rebeldía de Jacob, por el pecado de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeldía de Jacob? ¿No es, acaso, Samaría? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es, acaso, Jerusalén?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Todo esto por la transgresión de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la transgresión de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Y cuáles son los lugares altos de Judá? ¿No es Jerusalén?

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Miqueas 1:5
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Y los que juran por los vergonzosos ídolos de Samaria, los que hacen juramentos en nombre del dios de Dan y votos en nombre del dios de Beerseba, todos caerán y nunca más se levantarán».


Tu perversidad traerá su propio castigo. El haberte alejado de mí te avergonzará. Verás qué malo y amargo es abandonar al Señor tu Dios y no temerle. ¡Yo, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!


Cayeron las guirnaldas de nuestra cabeza. Lloren por nosotros porque hemos pecado.


¡Escuchen, habitantes de toda la tierra! Traeré desastre sobre mi pueblo. Es el fruto de sus propias intrigas, porque se niegan a escucharme; han rechazado mi palabra.


Tus propios hechos han traído todo esto sobre ti. Este castigo es amargo; ¡te penetra hasta el corazón!”».


Tú mismo te has buscado esta desgracia al rebelarte contra el Señor tu Dios, ¡aun cuando él te guiaba por el camino!


Pues el mensaje que el Señor le dijo que proclamara contra el altar de Betel y contra los santuarios paganos en las ciudades de Samaria, ciertamente se cumplirá».


¡Qué aflicción les espera a ustedes que están a sus anchas en medio de lujos en Jerusalén, y a ustedes que se sienten seguros en Samaria! Son famosos y conocidos en Israel, y la gente acude a ustedes en busca de ayuda.


»Yo quiero sanar a Israel, pero sus pecados son demasiado grandes. Samaria está llena de mentirosos. ¡Hay ladrones adentro y bandidos afuera!


Su maldad les ha privado de estas maravillosas bendiciones; su pecado les ha robado todas estas cosas buenas.


Durante el octavo año de su reinado, siendo aún joven, Josías comenzó a buscar al Dios de su antepasado David. Luego, en el año doce, empezó a purificar a Judá y a Jerusalén, destruyendo todos los santuarios paganos, los postes dedicados a la diosa Asera, los ídolos tallados y las imágenes fundidas.


Ordenó que demolieran los altares de Baal y que derribaran los altares del incienso que había encima. También se aseguró de que despedazaran los postes dedicados a la diosa Asera, los ídolos tallados y las imágenes fundidas, y que los pedazos fueran esparcidos sobre las tumbas de aquellos que les habían ofrecido sacrificios.


Israel no es más fuerte que Samaria, su capital, y Samaria no es más fuerte que Peka, hijo de Remalías, su rey. A menos que ustedes tengan una fe firme, no puedo hacer que permanezcan firmes”».


Los altares paganos de sus antepasados quedarán en ruinas y los santuarios de Israel serán destruidos; acabaré de forma repentina con la dinastía del rey Jeroboam.


Enganchen los caballos a sus carros y huyan, pueblo de Laquis. Ustedes fueron la primera ciudad de Judá que siguió a Israel en su rebelión e hicieron caer a Jerusalén en pecado.


Incluso construyó un santuario pagano para Quemos, el detestable dios de Moab, y otro para Moloc, el detestable dios de los amonitas, en el monte de los Olivos al oriente de Jerusalén.


Después Omri compró, por sesenta y ocho kilos de plata, la colina que ahora es conocida como Samaria a su dueño Semer. Construyó una ciudad sobre la colina y la llamó Samaria, en honor a Semer.


»Vi que los profetas de Samaria eran tremendamente malvados, porque profetizaron en nombre de Baal y llevaron a mi pueblo Israel al pecado.


¡Pero ahora veo que los profetas de Jerusalén son aún peores! Cometen adulterio y les encanta la deshonestidad. Alientan a los que hacen lo malo para que ninguno se arrepienta de sus pecados. Estos profetas son tan perversos como lo fue la gente de Sodoma y Gomorra».


»”Tu hermana mayor fue Samaria, que vivía con sus hijas en el norte. Tu hermana menor fue Sodoma, que vivía con sus hijas en el sur.


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