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Mateo 24:29 - Biblia Nueva Traducción Viviente

29 »Inmediatamente después de la angustia de esos días, “El sol se oscurecerá, la luna no dará luz, las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos” .

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Biblia Reina Valera 1960

29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Después de esos días de angustia, el sol se oscurecerá, la luna perderá su brillo, caerán las estrellas del cielo y se bambolearán los mecanismos del universo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol será oscurecido y la luna no dará su resplandor; las estrellas caerán del cielo° y las potencias de los cielos serán conmovidas:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se obscurecerá y la luna no dará su brillo, las estrellas caerán del cielo y el mundo de los astros se desquiciará.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

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Mateo 24:29
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»En aquel día —dice el Señor Soberano— haré que el sol se ponga al mediodía y que en pleno día se oscurezca la tierra.


El sol y la luna se oscurecerán y las estrellas dejarán de brillar.


Los cielos se pondrán negros sobre ellos; las estrellas no darán luz. El sol estará oscuro cuando salga y la luna no iluminará.


Entonces, la gloria de la luna menguará, y el resplandor del sol se desvanecerá, porque el Señor de los Ejércitos Celestiales reinará en el monte Sion. Reinará con gran gloria en Jerusalén, a los ojos de todos los líderes de su pueblo.


Pero el día del Señor llegará tan inesperadamente como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán con un terrible estruendo, y los mismos elementos se consumirán en el fuego, y la tierra con todo lo que hay en ella quedará sometida a juicio.


Arriba, los cielos se esfumarán y desaparecerán como quien enrolla un pergamino. Las estrellas caerán del cielo como caen las hojas marchitas de una vid, o los higos secos de una higuera.


Entonces el cuarto ángel tocó su trompeta, y se dañó la tercera parte del sol y la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, y se oscurecieron. Así que la tercera parte del día quedó sin luz, y también la tercera parte de la noche.


La tierra tiembla mientras avanzan y los cielos se estremecen. El sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar.


Así es, el día del Señor será oscuro y sin remedio, sin un rayo de alegría ni esperanza.


Pues habrá más angustia que en cualquier otro momento desde el principio del mundo. Y jamás habrá una angustia tan grande.


Sin embargo, todo eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.


Acuérdate de él antes de que la luz del sol, de la luna y de las estrellas se vuelva tenue a tus ojos viejos, y las nubes negras oscurezcan para siempre tu cielo.


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