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Mateo 23:7 - Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Les encanta recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas y que los llamen “Rabí”.

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Biblia Reina Valera 1960

7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Les agrada que los saluden en las plazas y que la gente los llame Maestro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 y los saludos pomposos en las plazas, y que los hombres los llamen Rabbí.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 acaparar los saludos en las plazas, y que la gente los llame rabbí.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 y las salutaciones en las plazas, y ser llamados por los hombres: Rabí, Rabí.

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Mateo 23:7
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jesús miró a su alrededor y vio que ellos lo seguían. —¿Qué quieren? —les preguntó. Ellos contestaron: —Rabí (que significa “Maestro”), ¿dónde te hospedas?


Entonces Natanael exclamó: —Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel!


—¡María! —dijo Jesús. Ella giró hacia él y exclamó: —¡Raboní! (que en hebreo significa “Maestro”).


Lo encontraron al otro lado del lago y le preguntaron: —Rabí, ¿cuándo llegaste acá?


Entonces los discípulos de Juan fueron a decirle: —Rabí, el hombre que estaba contigo al otro lado del río Jordán, a quien identificaste como el Mesías, también está bautizando a la gente. Y todos van a él en lugar de venir a nosotros.


Una noche, fue a hablar con Jesús: —Rabí —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.


—¿Qué quieres que haga por ti? —preguntó Jesús. —Mi Rabí —dijo el hombre ciego—, ¡quiero ver!


Pedro exclamó: «Rabí, ¡es maravilloso que estemos aquí! Hagamos tres enramadas como recordatorios: una para ti, una para Moisés y la otra para Elías».


»Pero ustedes, no permitan que nadie los llame “Rabí”, porque tienen un solo maestro y todos ustedes son hermanos por igual.


»¿Con qué puedo comparar a esta generación? Se parece a los niños que juegan en la plaza. Se quejan ante sus amigos:


Judas, el que lo iba a traicionar, también preguntó: —¿Seré yo, Rabí? Y Jesús le dijo: —Tú lo has dicho.


Entonces Judas fue directamente a Jesús. —¡Saludos, Rabí! —exclamó y le dio el beso.


Pedro recordó lo que Jesús había dicho al árbol el día anterior y exclamó: —¡Mira, Rabí! ¡La higuera que maldijiste se marchitó y murió!


Jesús también enseñó: «¡Cuídense de los maestros de la ley religiosa! Pues les gusta pavonearse en túnicas largas y sueltas y recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas.


En cuanto llegaron, Judas se acercó a Jesús. «¡Rabí!», exclamó, y le dio el beso.


»¡Qué aflicción les espera, fariseos! Pues les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas.


Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús: —Rabí, come algo.


—Rabí, ¿por qué nació ciego este hombre? —le preguntaron sus discípulos—. ¿Fue por sus propios pecados o por los de sus padres?


Pero sus discípulos se opusieron diciendo: —Rabí, hace solo unos días, la gente de Judea trató de apedrearte. ¿Irás allí de nuevo?


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