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Mateo 21:37 - Biblia Nueva Traducción Viviente

37 »Finalmente, el dueño envió a su propio hijo porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”.

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កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

37 Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 Por último envió a su hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 Finalmente, les envió a su hijo, pensando: Respetarán a mi hijo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

37 Y a la postre les envió a su hijo, diciendo: Respetarán a mi hijo.

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Mateo 21:37
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo pensé: “¡Seguramente ahora me temerán! Sin duda, escucharán mis advertencias. Entonces no necesitaré intervenir otra vez y destruir sus casas”. ¡Pero no es así! Se levantan temprano para continuar con sus malas acciones.


»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.


Vi que eso sucedió con Jesús, por eso doy testimonio de que él es el Elegido de Dios».


»“¿Qué haré? —se preguntó el dueño—. ¡Ya sé! Enviaré a mi querido hijo. Sin duda a él lo respetarán”.


hasta que le quedó solo uno, su hijo, a quien amaba profundamente. Finalmente, el dueño lo envió porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”.


Y una voz dijo desde el cielo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo».


¿Qué más podría hacer por mi viña, que no haya hecho ya? ¿Por qué, cuando esperaba uvas dulces, mi viña me dio uvas amargas?


Nadie ha visto jamás a Dios; pero el Único, que es Dios, está íntimamente ligado al Padre. Él nos ha revelado a Dios.


Quizá los habitantes de Judá se arrepientan cuando vuelvan a escuchar todas las cosas terribles que tengo pensadas para ellos. Entonces perdonaré sus pecados y maldades».


Entonces el dueño de la tierra envió a un grupo más numeroso de siervos para recoger lo que era suyo, pero el resultado fue el mismo.


»Sin embargo, cuando los agricultores vieron que venía el hijo, se dijeron unos a otros: “Aquí viene el heredero de esta propiedad. Vamos, matémoslo y nos quedaremos con la propiedad”.


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