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Mateo 20:34 - Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. ¡Al instante pudieron ver! Luego lo siguieron.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Jesús sintió compasión y les tocó los ojos. Y al momento recobraron la vista y lo siguieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Entonces Jesús, movido a compasión, les tocó los ojos, y al instante recobraron la vista, y lo siguieron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Jesús, movido a compasión, les tocó los ojos, y al momento recobraron la vista y lo siguieron.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Entonces Jesús, teniendo compasión de ellos, tocó sus ojos, y al instante sus ojos recibieron la vista; y le siguieron.

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Mateo 20:34
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

para que les abras los ojos, a fin de que pasen de la oscuridad a la luz, y del poder de Satanás a Dios. Entonces recibirán el perdón de sus pecados y se les dará un lugar entre el pueblo de Dios, el cual es apartado por la fe en mí”.


Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde.


Pero Jesús dijo: «Basta». Y tocó la oreja del hombre y lo sanó.


Cuando el Señor la vio, su corazón rebosó de compasión. «No llores», le dijo.


Jesús lo llevó aparte de la multitud para poder estar a solas con él. Metió sus dedos en los oídos del hombre. Después escupió sobre sus propios dedos y tocó la lengua del hombre.


Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: —Siento compasión por ellos. Han estado aquí conmigo durante tres días y no les queda nada para comer. No quiero despedirlos con hambre, no sea que se desmayen por el camino.


Cuando Jesús bajó de la barca, vio a la gran multitud, tuvo compasión de ellos y sanó a los enfermos.


Entonces él les tocó los ojos y dijo: —Debido a su fe, así se hará.


Jesús le tocó la mano, y la fiebre se fue. Entonces ella se levantó y le preparó una comida.


El Señor es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y lleno de amor inagotable.


El sufrimiento me hizo bien, porque me enseñó a prestar atención a tus decretos.


Yo solía desviarme, hasta que me disciplinaste; pero ahora sigo de cerca tu palabra.


Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús mientras alababa a Dios. Y todos los que lo vieron también alabaron a Dios.


Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor.


Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo.


—Señor —dijeron—, ¡queremos ver!


Mientras Jesús y los discípulos se acercaban a Jerusalén, llegaron a la ciudad de Betfagé, en el monte de los Olivos. Jesús mandó a dos de ellos que se adelantaran.


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