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Mateo 17:18 - Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Entonces Jesús reprendió al demonio, y el demonio salió del joven. A partir de ese momento, el muchacho estuvo bien.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquella hora.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 En seguida Jesús dio una orden al demonio, que salió, y desde ese momento el niño quedó sano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y Jesús lo reprendió,° y el demonio salió de él, y el muchacho quedó sano desde aquella hora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Jesús lo increpó, el demonio salió del muchacho y éste quedó curado desde aquel momento.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquella hora.

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Mateo 17:18
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jesús se dio vuelta, y cuando la vio le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado». Y la mujer quedó sana en ese instante.


Esto mismo sucedió día tras día hasta que Pablo se exasperó de tal manera que se dio la vuelta y le dijo al demonio que estaba dentro de la joven: «Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella». Y al instante el demonio la dejó.


Cuando el joven se acercó, el demonio lo arrojó al piso y le causó una violenta convulsión; pero Jesús reprendió al espíritu maligno y sanó al muchacho. Después lo devolvió a su padre.


Pues Jesús ya le había ordenado al espíritu maligno que saliera del hombre. Ese espíritu a menudo tomaba control de él. Aun cuando el hombre estaba bajo custodia, con cadenas y grilletes, simplemente los rompía y se escapaba al desierto, totalmente controlado por el demonio.


Pues Jesús ya le había dicho al espíritu: «Sal de este hombre, espíritu maligno».


Entonces Jesús sanó a mucha gente que padecía de diversas enfermedades y expulsó a muchos demonios, pero como los demonios sabían quién era él, no los dejó hablar.


—Apreciada mujer —le dijo Jesús—, tu fe es grande. Se te concede lo que pides. Y al instante la hija se sanó.


Luego le llevaron a Jesús a un hombre ciego y mudo que estaba poseído por un demonio. Jesús sanó al hombre para que pudiera hablar y ver.


Muchos estaban poseídos por demonios, los cuales salieron a su orden gritando: «¡Eres el Hijo de Dios!». Pero como ellos sabían que él era el Mesías, los reprendió y no los dejó hablar.


Jesús dijo: «¡Gente corrupta y sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme aquí al muchacho».


Más tarde, los discípulos le preguntaron a Jesús en privado: —¿Por qué nosotros no pudimos expulsar el demonio?


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