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Marcos 14:44 - Biblia Nueva Traducción Viviente

44 El traidor, Judas, había acordado previamente con ellos una señal: «Sabrán a cuál arrestar cuando yo lo salude con un beso. Entonces podrán llevárselo bajo custodia».

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Biblia Reina Valera 1960

44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle, y llevadle con seguridad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

44 El traidor les había dado esta señal: 'Al que yo dé un beso, ése es; deténganlo y llévenlo bien custodiado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

44 Y el que lo entregaba les había dado una contraseña, diciéndoles: Al que yo bese, él es; prendedlo y llevadlo custodiado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

44 El que lo iba a entregar les había dado una contraseña: 'Aquel a quien yo bese, ése es, prendedlo y llevadlo bien seguro'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

44 Y el que le traicionaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es, prendedle, y llevadle con seguridad.

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Marcos 14:44
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Las heridas de un amigo sincero son mejores que muchos besos de un enemigo.


Pero la sangre sobre los marcos de las puertas servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo. Esa plaga de muerte no los tocará a ustedes cuando yo hiera la tierra de Egipto.


Aquí está mi saludo de mi propio puño y letra: Pablo. Hago esto en todas mis cartas para probar que son mías.


No se dejen intimidar por sus enemigos de ninguna manera. Eso les será por señal a ellos de que serán destruidos, mientras que ustedes serán salvos, aun por Dios mismo.


»Ahora júrenme por el Señor que serán bondadosos conmigo y con mi familia, ya que les di mi ayuda. Denme una garantía de que,


Los golpearon severamente y después los metieron en la cárcel. Le ordenaron al carcelero que se asegurara de que no escaparan.


Levántense, vamos. ¡Miren, el que me traiciona ya está aquí!».


En ese mismo instante, mientras Jesús todavía hablaba, llegó Judas, uno de los doce discípulos, junto con una multitud de hombres armados con espadas y palos. Los habían enviado los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos.


En cuanto llegaron, Judas se acercó a Jesús. «¡Rabí!», exclamó, y le dio el beso.


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