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Marcos 10:21 - Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. —Hay una cosa que todavía no has hecho —le dijo—. Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Jesús fijó su mirada en él, le tomó cariño y le dijo: 'Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Entonces Jesús, fijándole su mirada, sintió amor por él, y le dijo: Una cosa te falta. Ve y vende cuanto tienes y dalo a pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y vuelve y sígueme.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Jesús entonces lo miró afectuosamente y le dijo: 'Una cosa te falta todavía: anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres, que así tendrás un tesoro en el cielo; ven luego y sígueme'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: Ve, vende todo lo que tienes y da a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo; y ven, toma tu cruz, y sígueme.

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Marcos 10:21
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»Pero tengo una queja en tu contra. ¡No me amas a mí ni se aman entre ustedes como al principio!


Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará.


Pues el que obedece todas las leyes de Dios menos una es tan culpable como el que las desobedece todas,


Vendían sus propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en necesidad.


Cuando Jesús oyó su respuesta, le dijo: —Hay una cosa que todavía no has hecho. Vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme.


Luego Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme.


»Pero tengo una queja en tu contra. Permites que esa mujer —esa Jezabel que se llama a sí misma profetisa— lleve a mis siervos por mal camino. Ella les enseña a cometer pecado sexual y a comer alimentos ofrecidos a ídolos.


»Pero tengo unas cuantas quejas en tu contra. Toleras a algunos de entre ustedes que mantienen la enseñanza de Balaam, quien le enseñó a Balac cómo hacer tropezar al pueblo de Israel. Les enseñó a pecar, incitándolos a comer alimentos ofrecidos a ídolos y a cometer pecado sexual.


Sufrieron junto con los que fueron metidos en la cárcel y, cuando a ustedes les quitaron todos sus bienes, lo aceptaron con alegría. Sabían que en el futuro les esperaban cosas mejores, que durarán para siempre.


»Vendan sus posesiones y den a los que pasan necesidad. ¡Eso almacenará tesoros para ustedes en el cielo! Y las bolsas celestiales nunca se ponen viejas ni se agujerean. El tesoro de ustedes estará seguro; ningún ladrón podrá robarlo y ninguna polilla, destruirlo.


Entonces llamó a la multitud para que se uniera a los discípulos, y dijo: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme.


Adquiere la verdad y nunca la vendas; consigue también sabiduría, disciplina y buen juicio.


Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él y comenzó a llorar, diciendo:


Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme.


Jesús le dijo: —Si deseas ser perfecto, anda, vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme.


Con gusto me desgastaré por ustedes y también gastaré todo lo que tengo, aunque parece que cuanto más los amo, menos me aman ustedes a mí.


Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.


Todo el que quiera servirme debe seguirme, porque mis siervos tienen que estar donde yo estoy. El Padre honrará a todo el que me sirva.


Aquí está la lección: usen sus recursos mundanos para beneficiar a otros y para hacer amigos. Entonces, cuando esas posesiones se acaben, ellos les darán la bienvenida a un hogar eterno.


Es cierto, y todo el que quiera vivir una vida de sumisión a Dios en Cristo Jesús sufrirá persecución;


Siquem no demoró en cumplir con el requisito, porque deseaba con desesperación a la hija de Jacob. Siquem era un miembro muy respetado de su familia,


Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste porque tenía muchas posesiones.


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