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Malaquías 1:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente

14 «Maldito sea el tramposo que promete dar un carnero selecto de su rebaño, pero después sacrifica uno defectuoso al Señor. ¡Pues yo soy un gran rey —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, y mi nombre es temido entre las naciones!

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Biblia Reina Valera 1960

14 Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Maldito sea el tramposo que, teniendo en su rebaño un toro, luego de prometérmelo, me sacrifica una bestia raquítica. Porque el Rey grande soy yo, y mi Nombre será respetado en todas las naciones, dice Yavé de los Ejércitos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 ¡Maldito el fraudulento, que teniendo macho robusto en su rebaño sacrifica con juramento a YHVH lo dañado! Porque Yo soy el gran Rey, dice YHVH Sebaot, y mi Nombre es temible entre las naciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Maldito el fraudulento que, teniendo en su rebaño un macho sano, ofrecido en voto, sacrifica al Señor bestia lisiada. Yo soy el gran rey -dice Yahveh Sebaot-, y mi nombre es respetado en las naciones.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Maldito el engañador, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica lo dañado a Jehová; porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.

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Malaquías 1:14
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Todo lo que den es bien recibido si lo dan con entusiasmo. Y den según lo que tienen, no según lo que no tienen.


Cuando ofrecen animales ciegos como sacrificio, ¿acaso no está mal? ¿Y no está mal también ofrecer animales lisiados y enfermos? ¡Intenten dar este tipo de regalos al gobernador y vean qué contento se pone!», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


»Pero los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos los mentirosos, tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre. Esta es la segunda muerte».


El amo regresará inesperadamente y sin previo aviso, cortará al siervo en pedazos y lo expulsará junto con los infieles.


Sin embargo, mi nombre es honrado desde la mañana hasta la noche por gente de otras naciones. En todo el mundo ofrecen incienso dulce y ofrendas puras en honor de mi nombre. Pues mi nombre es grande entre las naciones», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


El Señor será rey sobre toda la tierra. En aquel día habrá un solo Señor y únicamente su nombre será adorado.


Sin embargo, el Señor es el único Dios verdadero. ¡Él es el Dios viviente y el Rey eterno! Toda la tierra tiembla ante su enojo; las naciones no pueden hacerle frente a su ira.


Él quiebra el orgullo de los príncipes, y los reyes de la tierra le temen.


Pues el Señor Altísimo es imponente; es el gran Rey de toda la tierra.


¿Quién no te temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Pues solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti, porque tus obras de justicia han sido reveladas».


porque nuestro Dios es un fuego que todo lo consume.


Pues, En el momento preciso, Cristo será revelado desde el cielo por el bendito y único Dios todopoderoso, el Rey de todos los reyes y el Señor de todos los señores.


Oré al Señor mi Dios y le confesé: «¡Oh Señor, tú eres un Dios grande y temible! Siempre cumples tu pacto y tus promesas de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos;


»Ahora, yo, Nabucodonosor, alabo, glorifico y doy honra al Rey del cielo. Todos sus actos son justos y verdaderos, y es capaz de humillar al soberbio».


¡Malditos los que se rehúsen a hacer el trabajo del Señor, los que retengan la espada del derramamiento de sangre!


El Alto y Majestuoso que vive en la eternidad, el Santo, dice: «Yo vivo en el lugar alto y santo con los de espíritu arrepentido y humilde. Restauro el espíritu destrozado del humilde y reavivo el valor de los que tienen un corazón arrepentido.


»Si te niegas a obedecer todas las palabras de instrucción que están escritas en este libro y no temes el nombre glorioso e imponente del Señor tu Dios,


¿Y si mi padre me toca? Entonces se dará cuenta de que intento engañarlo, y en lugar de bendecirme, me maldecirá.


Ella hizo lo que pudo y ungió mi cuerpo en preparación para el entierro.


cortará al sirviente en pedazos y le asignará un lugar con los hipócritas. En ese lugar habrá llanto y rechinar de dientes.


Y no digas: “¡Por la tierra!”, porque la tierra es donde descansa sus pies. Tampoco digas: “¡Por Jerusalén!”, porque Jerusalén es la ciudad del gran Rey.


Ustedes están bajo maldición porque toda la nación me ha estado estafando.


porque el Señor es Dios grande, un gran Rey sobre todos los dioses.


Dios es imponente en su santuario; el Dios de Israel le da poder y fuerza a su pueblo. ¡Alabado sea Dios!


Es alto y magnífico; ¡toda la tierra se alegra al verlo! ¡El monte Sion, el monte santo, es la ciudad del gran Rey!


Pero el rey le respondió a Arauna: —No, insisto en comprarlo; no le presentaré ofrendas quemadas al Señor mi Dios que no me hayan costado nada. De modo que David le pagó cincuenta piezas de plata por el campo de trillar y por los bueyes.


»Tan cierto como que yo vivo —dice el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales—, ¡alguien viene contra Egipto que es tan alto como el monte Tabor o como el monte Carmelo junto al mar!


Sin embargo, ahora Moab será destruida junto con sus ciudades. Sus jóvenes más prometedores son condenados a la masacre —dice el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales—.


El Señor los llenará de terror cuando destruya a todos los dioses de la tierra. Entonces naciones en todo el mundo adorarán al Señor, cada una en su propio país.


»Escuchen, ustedes sacerdotes, ¡este mandato es para ustedes!


Él subyuga a las naciones frente a nosotros; pone a nuestros enemigos bajo nuestros pies.


Dios reina sobre las naciones, sentado en su santo trono.


Pues el Señor reconstruirá Jerusalén; él aparecerá en su gloria.


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