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Lucas 8:30 - Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? —Legión —contestó, porque estaba lleno de muchos demonios.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Jesús le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?' Y él contestó: 'Multitud. Porque muchos demonios habían entrado en él;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Jesús le preguntó:° ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión (porque habían entrado° muchos demonios en él).

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Jesús le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?'. Él contestó: 'Legión'. Porque eran muchos los demonios que habían entrado en él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 Y Jesús le preguntó, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.

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Lucas 8:30
7 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿No te das cuenta de que yo podría pedirle a mi Padre que enviara miles de ángeles para que nos protejan, y él los enviaría de inmediato?


junto con algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y enfermedades. Entre ellas estaban María Magdalena, de quien él había expulsado siete demonios;


Después de que Jesús resucitó el domingo por la mañana temprano, la primera persona que lo vio fue María Magdalena, la mujer de quien él había expulsado siete demonios.


Comenzaron a gritarle: «¿Por qué te entrometes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para torturarnos antes del tiempo establecido por Dios?».


Entonces Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Y él contestó: —Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre.


Las noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos.


Pues Jesús ya le había ordenado al espíritu maligno que saliera del hombre. Ese espíritu a menudo tomaba control de él. Aun cuando el hombre estaba bajo custodia, con cadenas y grilletes, simplemente los rompía y se escapaba al desierto, totalmente controlado por el demonio.


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