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Lucas 22:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Jesús mandó que Pedro y Juan se adelantaran y les dijo: —Vayan y preparen la cena de Pascua, para que podamos comerla juntos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Entonces Jesús envió a Pedro y a Juan diciéndoles: 'Vayan a preparar lo necesario para que celebremos la Cena de Pascua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 y envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Envió a Pedro y a Juan, diciendo: 'Id a prepararnos la cena de la Pascya'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Y envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id y preparadnos la pascua para que comamos.

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Lucas 22:8
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cuando los apóstoles de Jerusalén oyeron que la gente de Samaria había aceptado el mensaje de Dios, enviaron a Pedro y a Juan allá.


Pero Pedro y Juan respondieron: «¿Acaso piensan que Dios quiere que los obedezcamos a ustedes en lugar de a él?


Los miembros del Concilio quedaron asombrados cuando vieron el valor de Pedro y de Juan, porque veían que eran hombres comunes sin ninguna preparación especial en las Escrituras. También los identificaron como hombres que habían estado con Jesús.


Llenos de asombro, salieron todos corriendo hacia el pórtico de Salomón, donde estaba el hombre sujetando fuertemente a Pedro y a Juan.


Cierta tarde, Pedro y Juan fueron al templo para participar en el servicio de oración de las tres de la tarde.


Zacarías y Elisabet eran justos a los ojos de Dios y cuidadosos en obedecer todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor.


Pero Jesús le dijo: —Así debe hacerse, porque tenemos que cumplir con todo lo que Dios exige. Entonces Juan aceptó bautizarlo.


—¿Dónde quieres que la preparemos? —le preguntaron.


Cuando el hombre vio que Pedro y Juan estaban por entrar, les pidió dinero.


De hecho, Santiago, Pedro y Juan —quienes eran considerados pilares de la iglesia— reconocieron el don que Dios me había dado y nos aceptaron a Bernabé y a mí como sus colegas. Nos animaron a seguir predicando a los gentiles mientras ellos continuaban su tarea con los judíos.


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