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Lucas 22:30 - Biblia Nueva Traducción Viviente

30 de comer y beber a mi mesa en mi reino, y se sentarán sobre tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi Reino, y se sentarán en tronos para gobernar a las doce tribus de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 a fin de que, en mi reino, comáis y bebáis a mi mesa y estéis sentados sobre tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis sobre tronos juzgando a las doce tribus de Israel.

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Lucas 22:30
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Jesús contestó: —Les aseguro que cuando el mundo se renueve y el Hijo del Hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes que han sido mis seguidores también se sentarán en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.


Y les digo que muchos gentiles vendrán de todas partes del mundo —del oriente y del occidente— y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en la fiesta del reino del cielo.


Todos los que salgan vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí vencedor y me senté con mi Padre en su trono.


Al oír esto, un hombre que estaba sentado a la mesa con Jesús exclamó: «¡Qué bendición será participar de un banquete en el reino de Dios!».


Los siervos que estén listos y a la espera de su regreso serán recompensados. Les digo la verdad, él mismo les indicará dónde sentarse, se pondrá el delantal y les servirá mientras están a la mesa y comen.


Y el ángel me dijo: «Escribe esto: “Benditos son los que están invitados a la cena de la boda del Cordero”». Y añadió: «Estas son palabras verdaderas que provienen de Dios».


Lo rodeaban veinticuatro tronos en los cuales estaban sentados veinticuatro ancianos. Todos vestían de blanco y tenían una corona de oro sobre la cabeza.


Como ovejas, son llevados a la tumba, donde la muerte será su pastor. Por la mañana, los justos gobernarán sobre ellos. Sus cuerpos se pudrirán en la tumba, lejos de sus grandiosas propiedades.


Todos mis parientes y yo solo podíamos esperar la muerte de su parte, mi señor, ¡pero en cambio me honró al permitirme comer a su propia mesa! ¿Qué más puedo pedir?


«Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él, porque el reino del cielo les pertenece.


Si soportamos privaciones, reinaremos con él. Si lo negamos, él nos negará.


Yo, Santiago, esclavo de Dios y del Señor Jesucristo, escribo esta carta a las «doce tribus»: los creyentes judíos que están dispersos por el mundo. ¡Reciban mis saludos!


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