Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Lucas 2:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente

14 «Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace».

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

14 ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

14 ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz entre los hombres de su elección!°

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 'Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres, objeto de su amor'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Lucas 2:14
36 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por lo tanto, ya que fuimos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.


«¡Bendiciones al Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en el cielo más alto!».


y por medio de él, Dios reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra, por medio de la sangre de Cristo en la cruz.


para dar luz a los que están en oscuridad y en sombra de muerte, y para guiarnos al camino de la paz».


Y entonces oí a toda criatura en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar que cantaban: «Bendición y honor y gloria y poder le pertenecen a aquel que está sentado en el trono y al Cordero por siempre y para siempre».


llevando palabras de alabanza a sus labios. Que tengan paz abundante, tanto cerca como lejos —dice el Señor que los sana—.


Este es el mensaje de la Buena Noticia para el pueblo de Israel: que hay paz con Dios por medio de Jesucristo, quien es Señor de todo.


Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste.


Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, quien nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una esperanza maravillosa,


y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.


y el Espíritu Santo, en forma visible, descendió sobre él como una paloma. Y una voz dijo desde el cielo: «Tú eres mi Hijo muy amado y me das gran gozo».


Jesús estaba en el centro de la procesión, y toda la gente que lo rodeaba gritaba: «¡Alaben a Dios por el Hijo de David! ¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor! ¡Alaben a Dios en el cielo más alto!».


¡Oh cielos, canten de alegría! ¡Oh tierra, gózate! ¡Oh montes, prorrumpan en cantos! Pues el Señor ha consolado a su pueblo y le tendrá compasión en medio de su sufrimiento.


Ahora Dios nos ha dado a conocer su misteriosa voluntad respecto a Cristo, la cual es llevar a cabo su propio buen plan.


De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado.


Canten, oh cielos, porque el Señor ha hecho algo tan maravilloso. ¡Griten de júbilo, oh profundidades de la tierra! ¡Pónganse a cantar, oh montes, bosques y todos los árboles! Pues el Señor ha redimido a Jacob y es glorificado en Israel.


Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.


De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús.


Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto


»Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.


»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.


Y él será la fuente de paz. Cuando los asirios invadan nuestra tierra y penetren en nuestras defensas, nombraremos a siete gobernantes para que nos vigilen, a ocho príncipes para que nos dirijan.


De pronto, se unió a ese ángel una inmensa multitud —los ejércitos celestiales— que alababan a Dios y decían:


Cuando los ángeles regresaron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «¡Vayamos a Belén! Veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos anunció».


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម