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Lucas 11:19 - Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Entonces, si mi poder proviene de Satanás, ¿qué me dicen de sus propios exorcistas quienes también expulsan demonios? Así que ellos los condenarán a ustedes por lo que acaban de decir.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Si yo echo los demonios con la ayuda de Belzebú, los amigos de ustedes, ¿con ayuda de quién los echan? Ellos apreciarán lo que ustedes acaban de decir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Y si Yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan fuera vuestros hijos? Por esto, ellos serán vuestros jueces.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Pero si yo expulso a los demonios por arte de Beelzebul, ¿por arte de quién lo expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Pues si yo echo fuera los demonios por Belcebú, ¿vuestros hijos por quién los echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.

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Lucas 11:19
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Juan le dijo a Jesús: —Maestro, vimos a alguien usar tu nombre para expulsar demonios, pero le dijimos que no lo hiciera porque no pertenece a nuestro grupo.


Obviamente, la ley se aplica a quienes fue entregada, porque su propósito es evitar que la gente tenga excusas y demostrar que todo el mundo es culpable delante de Dios.


»“¡Siervo perverso! —dijo el rey a gritos—. Tus propias palabras te condenan. Si sabías que era un hombre duro que tomo lo que no es mío y cosecho lo que no sembré,


Tu propia boca te condena, no yo; tus propios labios testifican contra ti.


Las noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos.


Los alumnos deben parecerse a su maestro, y los esclavos deben parecerse a su amo. Si a mí, el amo de la casa, me han llamado príncipe de los demonios, a los miembros de mi casa los llamarán con nombres todavía peores.


Un grupo de judíos viajaba de ciudad en ciudad expulsando espíritus malignos. Trataban de usar el nombre del Señor Jesús en sus conjuros y decían: «¡Te ordeno en el nombre de Jesús, de quien Pablo predica, que salgas!».


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