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Lucas 11:1 - Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: —Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Al terminar su oración, uno de sus discípulos le dijo: 'Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Estando Él en cierto lugar orando, cuando terminó, sucedió que uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Un día estaba él orando en cierto lugar. Cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: 'Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Y aconteció que estaba Él orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.

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Lucas 11:1
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu agrado, oh Señor, mi roca y mi redentor.


Pero ustedes, queridos amigos, deben edificarse unos a otros en su más santísima fe, orar en el poder del Espíritu Santo


Cierto día, poco tiempo después, Jesús subió a un monte a orar y oró a Dios toda la noche.


Cierto día, Jesús se alejó de las multitudes para orar a solas. Solo estaban con él sus discípulos, y les preguntó: —¿Quién dice la gente que soy?


Mientras estuvo aquí en la tierra, Jesús ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte. Y Dios oyó sus oraciones por la gran reverencia que Jesús le tenía.


Cerca de ocho días después, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a una montaña para orar.


Señor, tú conoces las esperanzas de los indefensos; ciertamente escucharás sus clamores y los consolarás.


Cuando el Señor la vio, su corazón rebosó de compasión. «No llores», le dijo.


y los envió al Señor para que le preguntaran: «¿Eres tú el Mesías a quien hemos esperado o debemos seguir buscando a otro?».


Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará.


Jesús dijo: —Deberían orar de la siguiente manera: »Padre, que siempre sea santificado tu nombre. Que tu reino venga pronto.


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