Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Lucas 1:43 - Biblia Nueva Traducción Viviente

43 ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme?

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

43 ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

43 ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

43 ¿Por qué se me concede° esto, que la madre de mi Señor venga a mí?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

43 ¿Y de dónde a mí esto: que la madre de mi Señor venga a mí?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

43 ¿Y de dónde esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Lucas 1:43
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

—¡Mi Señor y mi Dios! —exclamó Tomás.


No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes.


¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor— ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!


El Señor le dijo a mi Señor: «Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies».


Entonces ella se inclinó al suelo y respondió: —Yo, su sierva, estaría encantada de casarme con David. ¡Aun estaría dispuesta a ser una esclava y lavar los pies de sus siervos!


Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo


Ustedes me llaman “Maestro” y “Señor” y tienen razón, porque es lo que soy.


Ni siquiera soy digno de ir a tu encuentro. Tan solo pronuncia la palabra desde donde estás y mi siervo se sanará.


pero Juan intentó convencerlo de que no lo hiciera. —Yo soy el que necesita que tú me bautices —dijo Juan—, entonces, ¿por qué vienes tú a mí?


Entonces Rut cayó a sus pies muy agradecida. —¿Qué he hecho para merecer tanta bondad? —le preguntó—. No soy más que una extranjera.


Mientras Jesús hablaba a la multitud, su madre y sus hermanos estaban afuera y pedían hablar con él.


Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María: —Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito.


Cuando escuché tu saludo, el bebé saltó de alegría en mi vientre.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម