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Levítico 23:28 - Biblia Nueva Traducción Viviente

28 No hagas ningún trabajo durante todo el día porque es el Día del Perdón, cuando se presentan ofrendas de purificación por ti, para hacerte justo ante el Señor tu Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 No harán ningún trabajo porque ése es el día del Perdón, en que se hace la expiación por ustedes delante de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Ningún trabajo haréis en ese mismo día, porque es un día de expiaciones, para hacer expiación por vosotros en presencia de YHVH, vuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 No haréis en ese día ningún trabajo, porque es día de expiación, durante el cual se hace la expiación por vosotros delante de Yahveh, Dios vuestro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Ninguna obra haréis en este mismo día; porque es el día de la expiación, para hacer expiación por vosotros delante de Jehová vuestro Dios.

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Levítico 23:28
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Miren ahora la joya que he puesto ante Jesúa, una sola piedra con siete facetas. Grabaré una inscripción en ella, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, y en un solo día quitaré los pecados de esta tierra.


Esta es una ley perpetua para ustedes a fin de purificar al pueblo de Israel de sus pecados, haciéndolos justos ante el Señor una vez cada año». Moisés siguió todas estas instrucciones exactamente como el Señor se lo había ordenado.


Y Jesucristo fue revelado como el Hijo de Dios por medio de su bautismo en agua y por derramar su sangre en la cruz, es decir, no mediante agua solamente sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu, quien es la verdad, lo confirma con su testimonio.


En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.


Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo.


Pues mediante esa única ofrenda, él perfeccionó para siempre a los que está haciendo santos.


Pues la voluntad de Dios fue que el sacrificio del cuerpo de Jesucristo nos hiciera santos, una vez y para siempre.


Si eso hubiera sido necesario, Cristo tendría que haber sufrido la muerte una y otra vez, desde el principio del mundo; pero ahora, en el fin de los tiempos, Cristo se presentó una sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia muerte en sacrificio.


Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.


»Un período de setenta conjuntos de siete se ha decretado para tu pueblo y tu ciudad santa para poner fin a su rebelión, para terminar con su pecado, para obtener perdón por su culpa, para traer justicia eterna, para confirmar la visión profética y para ungir el Lugar Santísimo.


Formaba parte del buen plan del Señor aplastarlo y causarle dolor. Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen plan del Señor prosperará.


«Asegúrate de celebrar el Día del Perdón el décimo día del mismo mes, nueve días después del Festival de las Trompetas. Lo celebrarás como día oficial de asamblea santa, un día para negarte a ti mismo y presentar ofrendas especiales al Señor.


En ese día, se presentarán ofrendas de purificación por ustedes, y serán purificados de todos sus pecados en la presencia del Señor.


y purificará el Lugar Santísimo, el tabernáculo, el altar, a los sacerdotes y a toda la comunidad.


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