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Levítico 19:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

11 »No robes. »No se engañen ni se estafen unos a otros.

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Biblia Reina Valera 1960

11 No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 No hurtarán, no mentirán, ni se engañarán mutuamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 No robaréis,° ni mentiréis,° ni os engañaréis unos a otros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 No hurtaréis, ni mentiréis, ni os engañaréis unos a otros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 No hurtaréis, y no engañaréis, ni mentiréis ninguno a su prójimo.

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Levítico 19:11
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos.


Así que dejen de decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo.


No permitiré que los engañadores sirvan en mi casa, y los mentirosos no permanecerán en mi presencia.


¡Por supuesto que no! Aun cuando todos los demás sean mentirosos, Dios es veraz. Como dicen las Escrituras acerca de él: «Quedará demostrado que tienes razón en lo que dices, y ganarás tu caso en los tribunales».


»Pero los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos los mentirosos, tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre. Esta es la segunda muerte».


La ley es para los que cometen inmoralidades sexuales o los que practican la homosexualidad o los traficantes de esclavos, los mentirosos, los que no cumplen sus promesas o los que hacen cualquier otra cosa que contradiga la sana enseñanza


Si eres ladrón, deja de robar. En cambio, usa tus manos en un buen trabajo digno y luego comparte generosamente con los que tienen necesidad.


Desde el menos importante hasta el más importante, sus vidas están dominadas por la avaricia. Desde los profetas hasta los sacerdotes, todos son unos farsantes.


En mi ansiedad clamé a ti: «¡Estas personas son todas mentirosas!».


»Supongamos que alguien entrega dinero o bienes a un vecino para que se los guarde en un lugar seguro, y al vecino se los roban de su casa. Si se atrapa al ladrón, la compensación consistirá en el doble del valor de lo robado.


»Si alguien roba un buey o una oveja y luego mata o vende el animal, el ladrón tendrá que pagar cinco bueyes por cada buey robado y cuatro ovejas por cada oveja robada.


»No codicies la casa de tu prójimo. No codicies la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca».


Sin embargo, el profeta anciano le dijo: —Yo también soy profeta, como tú. Y un ángel me dio este mandato de parte del Señor: “Llévalo a tu casa para que coma y beba algo”. Pero el anciano le estaba mintiendo.


»No des falso testimonio contra tu prójimo.


»No esparzas rumores falsos. No te hagas cómplice de gente malvada cuando tengas que jurar en el estrado de los testigos.


Harás lo mismo con la cosecha de la uva, no cortes hasta el último racimo de las vides ni recojas las uvas que caigan al suelo. Déjalas para los pobres y para los extranjeros que viven entre ustedes. Yo soy el Señor tu Dios.


Cuando llegaron los hombres de Absalón, le preguntaron a la mujer: —¿Has visto a Ahimaas y a Jonatán? La mujer contestó: —Estuvieron aquí, pero cruzaron el arroyo. Entonces los hombres de Absalón los buscaron sin éxito y regresaron a Jerusalén.


No testifiques contra tus vecinos sin motivo; no mientas cuando hables de ellos.


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