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Levítico 18:24 - Biblia Nueva Traducción Viviente

24 »No se contaminen con ninguna de estas prácticas, porque los pueblos que estoy expulsando delante de ustedes se contaminaron haciendo todas esas prácticas.

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Biblia Reina Valera 1960

24 En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 No se manchen haciendo estas cosas, pues así es como se han manchado las naciones que yo desalojé ante ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 No os contaminaréis con nada de todo esto, porque con todo esto se han contaminado las naciones que Yo expulso de delante de vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 No os manchéis con ninguna de estas cosas, pues con ellas se han manchado los pueblos que yo voy a arrojar de delante de vosotros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 En ninguna de estas cosas os amancillaréis; porque en todas estas cosas se han ensuciado las naciones que yo echo de delante de vosotros,

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Levítico 18:24
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cualquiera que practique esas cosas es detestable a los ojos del Señor. Precisamente porque las otras naciones hicieron esas cosas detestables, el Señor tu Dios las expulsará de tu paso.


Por lo tanto, obedezcan mis instrucciones, y no se contaminen a sí mismos al cometer cualquiera de estas prácticas detestables que cometieron los pueblos que vivieron en la tierra antes que ustedes. Yo soy el Señor su Dios».


Dios destruirá a cualquiera que destruya este templo. Pues el templo de Dios es santo, y ustedes son este templo.


»Una y otra vez envié a mis siervos, los profetas, para rogarles: “No hagan estas cosas horribles que tanto detesto”,


Tú no adorarás al Señor tu Dios de la manera que las otras naciones rinden culto a sus dioses, llevando a cabo en honor de ellos toda clase de actos detestables que el Señor odia. Hasta sacrifican a sus hijos y a sus hijas en el fuego como ofrenda a sus dioses.


no se comporten como la gente de Egipto, donde ustedes vivían, o como la gente de Canaán, adonde los llevo. No deberán imitar su estilo de vida.


Cuando hayan pasado cuatro generaciones, tus descendientes regresarán aquí, a esta tierra, porque los pecados de los amorreos no ameritan aún su destrucción».


No deben manchar la tierra donde viven, porque yo mismo habito allí. Yo soy el Señor que habito entre el pueblo de Israel».


»Después de que el Señor tu Dios haya hecho eso por ti, no digas en tu corazón: “¡El Señor nos ha dado esta tierra porque somos muy buena gente!”. No, no es así. Es por la perversión de las otras naciones que él las quita de tu camino.


entonces desarraigaré a Israel de la tierra que le he dado. Rechazaré este templo que hice santo para honrar mi nombre. Haré que Israel sea objeto de burla y de ridículo entre las naciones;


Una vez realizadas estas cosas, los líderes judíos vinieron a verme y dijeron: «Muchos del pueblo de Israel e incluso algunos sacerdotes y levitas no se han mantenido separados de los otros pueblos que viven en esta tierra. Han adoptado las prácticas detestables de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.


Se contaminaron a sí mismos con sus malas acciones, y su amor a los ídolos fue adulterio a los ojos del Señor.


No es porque seas tan bueno o porque tengas tanta integridad que estás a punto de poseer la tierra de ellas. El Señor tu Dios expulsará a esas naciones de tu paso a causa de la perversidad de ellas y para cumplir el juramento que les hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


Esa noche, algunos de los ciudadanos prominentes de Guibeá rodearon la casa con la intención de matarme, y violaron a mi concubina hasta que quedó muerta.


Entonces corté su cuerpo en doce pedazos y envié los pedazos por todo el territorio asignado a Israel, porque esos hombres han cometido un crimen terrible y vergonzoso.


Una décima parte de los hombres de cada tribu se encargará de abastecer a los guerreros con provisiones; los demás nos vengaremos de Guibeá, en Benjamín, por la infamia que sus hombres han cometido en Israel.


Hizo lo malo a los ojos del Señor y siguió las prácticas detestables de las naciones paganas que el Señor había expulsado de la tierra al paso de los israelitas.


«Hijo de hombre, cuando los israelitas vivían en su propia tierra, la contaminaron con su mala manera de vivir. Para mí, su conducta fue tan impura como el paño menstrual de una mujer.


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