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Lamentaciones 4:17 - Biblia Nueva Traducción Viviente

17 En vano esperamos que nuestros aliados vinieran a salvarnos, pero buscábamos socorro en naciones que no podían ayudarnos.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Aun han desfallecido nuestros ojos esperando en vano nuestro socorro; En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede salvar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Y todavía nos cansábamos esperando el socorro. ¡Ilusión! Desde nuestros cerros no vimos llegar a Egipto, incapaz de salvarnos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 p °Nuestros ojos están desfallecidos por buscar socorro vano.° En nuestro velar velamos por un pueblo que no pudo salvarnos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Ain. Todavía se consumen nuestros ojos esperando en vano el socorro. Desde nuestra atalaya oteábamos a una nación incapaz de salvarnos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Aun han desfallecido nuestros ojos tras nuestro vano socorro: En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede salvar.

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Lamentaciones 4:17
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»Entonces Israel ya no tendrá la tentación de confiar en la ayuda de Egipto. Egipto quedará tan devastado que servirá para recordarle a Israel la magnitud del pecado que cometió al haber confiado en Egipto en tiempos pasados. Entonces Israel sabrá que yo soy el Señor Soberano».


Entonces los filisteos se llenarán de pánico, porque contaban con el poder de Etiopía y hacían alarde de los aliados que tenían en Egipto.


A partir de entonces, el rey de Egipto no se atrevió a salir más de su país, porque el rey de Babilonia conquistó toda la región que anteriormente pertenecía a Egipto, desde el arroyo de Egipto hasta el río Éufrates.


»Les supliqué ayuda a mis aliados, pero me traicionaron. Mis sacerdotes y mis líderes murieron de hambre en la ciudad, mientras buscaban comida para salvar sus vidas.


En medio de su tristeza y sus andanzas, Jerusalén recuerda su antiguo esplendor. Pero ahora ha caído en manos de su enemigo y no hay quien la ayude. Su enemigo la derribó y se burlaba cuando ella caía.


«Ya se acabó la cosecha, y el verano se ha ido —se lamenta el pueblo—, ¡y todavía no hemos sido salvados!».


Primero acá, después allá, saltas de un aliado a otro pidiendo ayuda. Pero tus nuevos amigos de Egipto te fallarán, tal como Asiria lo hizo antes.


»¿Qué provecho has sacado de tus alianzas con Egipto y de tus pactos con Asiria? ¿En qué te benefician las corrientes del Nilo o las aguas del río Éufrates?


Anularé el trato que ustedes hicieron para burlar a la muerte, y revocaré su acuerdo para evitar la tumba. Cuando el terrible enemigo arrase la tierra, ustedes serán pisoteados.


Desesperado, serás llevado al destierro con las manos en la cabeza, porque el Señor ha rechazado a las naciones en las cuales confías. Ellas no te ayudarán en absoluto.


Nos sometimos a Egipto y a Asiria para conseguir alimentos y así sobrevivir.


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