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Lamentaciones 2:7 - Biblia Nueva Traducción Viviente

7 El Señor rechazó su propio altar; desprecia su propio santuario. Entregó los palacios de Jerusalén a sus enemigos. Ellos gritan en el templo del Señor como si fuera un día de celebración.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Desechó el Señor su altar, menospreció su santuario; Ha entregado en mano del enemigo los muros de sus palacios; Hicieron resonar su voz en la casa de Jehová como en día de fiesta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 El Señor ha rechazado su altar, ha despreciado su santuario; ha dejado a merced del enemigo los muros de sus palacios; en la Casa de Yavé se oyeron gritos como en día de fiesta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 z Adonay ha repudiado su altar, ha abandonado su Santuario: Entregó los muros de la ciudadela en manos del enemigo, Que como en día de fiesta solemne grita en la Casa de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Zain. Desdeñó su altar el Señor, profanó su santuario; entregó los muros de sus palacios en poder del enemigo; éste gritó en la casa de Yahveh como en día de fiesta.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 El Señor desechó su altar, menospreció su santuario, ha entregado en mano del enemigo los muros de sus palacios; han dado gritos en la casa de Jehová como en día de fiesta.

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Lamentaciones 2:7
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

quien me dijo que se lo transmitiera a los israelitas. Esto dice el Señor Soberano: “Contaminaré mi templo, que es fuente de seguridad y orgullo para ustedes, el lugar en el que se deleita su corazón. Los hijos y las hijas que dejaron en Judá serán masacrados a espada.


Por lo tanto, haré caer fuego sobre Judá, y todas las fortalezas de Jerusalén serán destruidas».


Quemó por completo el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Destruyó todos los edificios importantes de la ciudad.


Pero él les respondió: «¿Ven todos esos edificios? Les digo la verdad, serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra!».


Por causa de ustedes, el monte Sion quedará arado como un campo abierto; ¡Jerusalén será reducida a escombros! Un matorral crecerá en las cumbres, donde ahora se encuentra el templo.


Traeré a las naciones más despiadadas para que se apoderen de sus casas. Derrumbaré sus orgullosas fortalezas y haré que se profanen sus santuarios.


Así es, el Señor venció a Israel como lo hace un enemigo. Destruyó sus palacios y demolió sus fortalezas. Causó dolor y llanto interminable sobre la bella Jerusalén.


En su enojo el Señor cubrió de sombras a la bella Jerusalén. La más hermosa de las ciudades de Israel yace en el polvo, derrumbada desde las alturas del cielo. En su día de gran enojo el Señor no mostró misericordia ni siquiera con su templo.


Mientras tanto, los babilonios quemaron Jerusalén, incluidos el palacio real y las casas del pueblo, y derribaron las murallas de la ciudad.


Los babilonios que están fuera de las murallas entrarán y prenderán fuego a la ciudad. Quemarán por completo todas estas casas, donde el pueblo provocó mi enojo al quemar incienso a Baal en las azoteas y al derramar ofrendas líquidas a otros dioses.


Dijeron: «Recuerden cuando Miqueas de Moreset profetizaba durante el reinado de Ezequías de Judá. Él le dijo al pueblo de Judá: “Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: ‘El monte Sion quedará arado como un campo abierto; ¡Jerusalén será reducida a escombros! Un matorral crecerá en las cumbres, donde ahora se encuentra el templo’”.


entonces destruiré este templo así como destruí a Silo, el lugar donde estaba el tabernáculo. Y haré que Jerusalén se convierta en objeto de maldición en cada nación de la tierra’”».


Luego su ejército quemó el templo de Dios, derribó las murallas de Jerusalén, incendió todos los palacios y destruyó por completo todo lo que había de valor.


»A pesar de todo esto, cuando estén desterrados en la tierra de sus enemigos no los despreciaré ni los rechazaré por completo. No cancelaré mi pacto con ellos destruyéndolos, porque yo soy el Señor su Dios.


Haré que sus ciudades queden desoladas y destruiré sus lugares de culto pagano. No me agradaré de sus ofrendas, las cuales deberían ser un aroma agradable para mí.


Has renunciado al pacto que hiciste con él; arrojaste su corona al polvo.


“Esto dice el Señor, Dios de Israel: ‘Haré que tus armas no sirvan contra el rey de Babilonia ni contra los babilonios que te atacan fuera de tus murallas. Es más, traeré a tus enemigos al mismo corazón de la ciudad.


Escuchen a la gente que escapó de Babilonia mientras cuentan en Jerusalén cómo el Señor nuestro Dios se vengó de los que destruyeron su templo.


Los caminos a Jerusalén están de luto, porque las multitudes ya no vienen para celebrar los festivales. En las puertas de la ciudad hay silencio, sus sacerdotes gimen, sus mujeres jóvenes lloran; ¡qué amarga es su suerte!


Quemó por completo el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Destruyó todos los edificios importantes de la ciudad.


No te enojes tanto con nosotros, Señor; por favor, no te acuerdes de nuestros pecados para siempre. Te pedimos que nos mires y veas que somos tu pueblo.


Miré y los terrenos fértiles se habían convertido en desiertos; las ciudades estaban en ruinas, destruidas por la ira feroz del Señor.


Esto dice el Señor: «La tierra entera será arrasada, pero no la destruiré por completo.


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