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Jueces 9:27 - Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Durante el festival anual de la cosecha en Siquem, celebrado en el templo del dios local, hubo vino en abundancia, y todos comenzaron a maldecir a Abimelec.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Y saliendo al campo, vendimiaron sus viñedos, y pisaron la uva e hicieron fiesta; y entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Fueron al campo a hacer la vendimia de sus viñas, pisaron las uvas y prepararon una fiesta. Luego entraron en el templo de sus dioses, comieron y tomaron, y maldijeron a Abimelec.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Luego salieron al campo y vendimiaron sus viñas, pisaron la uva e hicieron fiestas,° y entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Salieron, pues, éstos a la campiña, vendimiaron sus viñas, pisaron las uvas, organizaron gran fiesta y entraron en el templo de su dios; y mientras comían y bebían, maldecían a Abimélec.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Y saliendo al campo, vendimiaron sus viñas y pisaron la uva, e hicieron fiesta; y entrando en el templo de su dios, comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.

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Jueces 9:27
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Le dieron setenta monedas de plata del templo de Baal-berit, las cuales él usó para contratar a unos hombres alborotadores e imprudentes que aceptaron seguirlo.


Todo lo contrario, usted desafió con soberbia al Señor del cielo y mandó traer ante usted estas copas que pertenecían al templo. Usted, sus nobles, sus esposas y sus concubinas estuvieron bebiendo vino en estas copas mientras rendían culto a dioses de plata, oro, bronce, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver ni oír, ni saben absolutamente nada. ¡Pero usted no honró al Dios que le da el aliento de vida y controla su destino!


»Ahora, profetiza todas estas cosas y diles: »“El Señor rugirá contra su propia tierra desde su santa morada en el cielo. Él gritará como los que pisan las uvas; gritará contra todos los habitantes de la tierra.


Le encantaba maldecir a otros; ahora, maldícelo tú a él. Jamás bendijo a nadie; ahora, no lo bendigas a él.


—¿Soy acaso un perro —le rugió a David— para que vengas contra mí con un palo? Y maldijo a David en nombre de sus dioses.


Entonces los gobernantes filisteos se juntaron para celebrar un gran festival, en el que ofrecían sacrificios y alababan a su dios Dagón diciendo: «¡Nuestro dios nos ha dado la victoria sobre Sansón, nuestro enemigo!».


Cuando los ciudadanos prominentes que vivían en la torre de Siquem se enteraron de lo sucedido, corrieron a esconderse en el templo de Baal-berit.


En cuanto murió Gedeón, los israelitas se prostituyeron al rendir culto a las imágenes de Baal y al hacer a Baal-berit su dios.


Durante la pelea, el hijo de la madre israelita blasfemó el Nombre del Señor con una maldición. Así que llevaron a este hombre ante Moisés para ser juzgado. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibri de la tribu de Dan.


Cuando se acercaron al campamento, Moisés vio el becerro y las danzas, y ardió de enojo. Entonces tiró las tablas de piedra al suelo, las cuales se hicieron pedazos al pie del monte.


Temprano a la mañana siguiente, el pueblo se levantó para sacrificar ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Después, todos celebraron con abundante comida y bebida, y se entregaron a diversiones paganas.


Un día Gaal, hijo de Ebed, se mudó a Siquem con sus hermanos y se ganó la confianza de los ciudadanos prominentes de Siquem.


En lugar de invocarme con corazón sincero, se quedan sentados en sus sillones y se lamentan. Se hacen cortaduras en el cuerpo y suplican grano y vino nuevo a dioses ajenos y se alejan de mí.


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