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Jueces 6:31 - Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Sin embargo, Joás gritó a la turba que lo enfrentaba: —¿Por qué defienden a Baal? ¿Acaso abogarán por él? ¡Todo el que defienda su causa será ejecutado antes del amanecer! Si de verdad Baal es un dios, ¡que se defienda a sí mismo y destruya al que derribó su altar!

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Biblia Reina Valera 1960

31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Pero Joás respondió a la gente que lo amenazaba: '¿Así que ahora defienden a Baal? ¿Así que quieren salvarlo? ( ) Si Baal es Dios que se defienda por sí solo, ya que le han demolido su altar'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Pero Joás respondió a todos los que estaban ante él: ¿Pretendéis contender por Baal, o queréis ayudarle? Quien pretenda contender por él, será muerto antes de la mañana. Si es ’Elohim, que contienda por sí mismo con el que demolió su altar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Pero Joás replicó a cuantos estaban ante él: '¿Os toca a vosotros defender la causa de Baal? ¿Sois los encargados de salvarlo? Quien quiera defenderlo, será muerto antes de la mañana. Si él es dios, que se defienda a sí mismo, ya que le han derribado su altar'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Le salvaréis vosotros? Cualquiera que contendiere por él, que muera mañana. Si es un dios, que contienda por sí mismo con el que derribó su altar.

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Jueces 6:31
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz.


Entonces, ¿qué acerca de comer carne ofrecida a ídolos? Pues sabemos que un ídolo no es en verdad un dios y que hay solo un Dios.


Diles a los que rinden culto a otros dioses: «Sus supuestos dioses, que no hicieron los cielos y la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo de los cielos».


¡Sus dioses son como inútiles espantapájaros en un campo de pepinos! No pueden hablar y necesitan que los lleven en los brazos porque no pueden caminar. No tengan temor de semejantes dioses, porque no pueden hacerles ningún daño, tampoco ningún bien».


Lo llevan sobre los hombros, y cuando lo bajan, allí se queda. ¡Ni siquiera se puede mover! Cuando alguien le dirige una oración, no obtiene respuesta; no puede rescatar a nadie de sus dificultades.


Bel y Nebo, los dioses de Babilonia, se inclinan cuando los bajan al suelo. Se los llevan en carretas tiradas por bueyes. Los pobres animales se tambalean por el peso.


Sí, dígannos lo que ocurrirá en los próximos días. Entonces sabremos que ustedes son dioses. ¡Por lo menos hagan algo, bueno o malo! Hagan algo que nos asombre y nos atemorice.


Entonces Elías ordenó: «Atrapen a todos los profetas de Baal. ¡No dejen que escape ninguno!». Entonces los agarraron a todos, y Elías los llevó al valle de Cisón y allí los mató.


Gritaron disparates toda la tarde hasta la hora del sacrificio vespertino, pero aún no había respuesta, ni siquiera se oía un solo sonido.


Cerca del mediodía, Elías comenzó a burlarse de ellos. «Tendrán que gritar más fuerte —se mofaba—, ¡sin duda que es un dios! ¡Tal vez esté soñando despierto o quizá esté haciendo sus necesidades! ¡Seguramente salió de viaje o se quedó dormido y necesita que alguien lo despierte!».


Dos de los hombres que exploraron la tierra, Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, se rasgaron la ropa


»No te dejes llevar por la mayoría en su maldad. Cuando te llamen a testificar en un pleito, no te dejes influir por la multitud para torcer la justicia.


—Saca a tu hijo —le exigieron a Joás los hombres de la ciudad—. Tendrá que morir por haber destruido el altar de Baal y haber cortado el poste dedicado a la diosa Asera.


A partir de entonces a Gedeón lo llamaron Jerobaal, que significa «que Baal se defienda a sí mismo», porque él destruyó el altar de Baal.


Luego el Señor envió a Gedeón, a Bedán, a Jefté y a Samuel para salvarlos, y ustedes vivieron a salvo.


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